La temporada empieza fuerte, al menos si miramos al nuevo trabajo de Sara Jaramillo Klinkert (Medellín, Colombia, 1979).

El cielo está vacío

Sara Jaramillo Klinkert

Lumen, 2025. 330 páginas. 22,90 €

La autora, que también es periodista, había conseguido notoriedad tras la publicación de su primera novela –Cómo maté a mi padre (2020)–, una narración avalada por Héctor Abad Faciolince.

En ella, Jaramillo Klinkert se adentraba en un tema que hasta entonces había considerado tabú: el asesinato de su padre a manos de un sicario cuando tenía once años.

De marcado carácter autobiográfico, la obra mostraba cómo se desmoronaba el universo familiar tras la muerte del patriarca y cómo, pasado el tiempo, la protagonista lograba reconstruir su mundo y recuperar su vida.

Retrato de Mercerdes Deambrosis. Foto: Tangi Bertín.

Después de este trabajo emblemático, la narradora colombiana publicó otros dos –Donde cantan las ballenas (2021) y Escrito en la piel del jaguar (2023)– que igualmente fueron bien acogidos.

En El cielo está vacío Sara Jaramillo Klinkert explora el desarrollo vital de una joven y su crecimiento personal.

La novela empieza en el presente, cuando aquella muchacha es una mujer madura y está casada (el dato no es baladí porque antes había rechazado la sumisión que supone el matrimonio).

En esta circunstancia, recibe un aviso de un antiguo amante –el inglés–, que la cita en su propia ciudad, a la que él se ha desplazado desde Inglaterra.

Vanesa Lemm. Foto: University of Greenwich

El mensaje la hace regresar al pasado y la obliga a recordar lo que sucedió durante los meses en los que mantuvieron una relación.

La mujer había dejado atrás su Medellín natal y huía del entorno familiar y del espacio conocido para instalarse en Londres. Tenía veintitrés años, un juicio precario sobre sí misma y toda la vida por delante.

El texto está formado por una especie de prefacio, un epílogo y cuatro partes cuyos títulos responden a las estaciones del año, empezando por el “Invierno”, siguiendo por la “Primavera” y el “Verano”, y terminando en el “Otoño”.

Gran novela para la rentrée. Llena de atractivo, muestra el crecimiento personal de la protagonista

Las distintas etapas están marcadas por el tiempo londinense, poco clemente para alguien acostumbrado a un clima cálido, sobre todo cuando la historia se inicia en la época más fría.

La intención de la joven es huir de la casa familiar para intentar descubrirse, aunque lo que dice oficialmente es que quiere darse un tiempo con Antonio –su novio–, aprender inglés y ver la nieve.

También la acompaña un propósito secreto y vergonzoso que solo se confiesa para sus adentros y que justifica los excursos metaliterarios: escribir una novela.

En su destino londinense, la protagonista tiene que aceptar cualquier trabajo porque necesita dinero para vivir, y este hecho la pondrá en relación con diferentes individuos que marcarán su estancia: desde un muchacho ensimismado y melancólico con el que había contactado por internet –Alister–, hasta un compatriota que habita el submundo –Milton–, pasando por un anciano al que cuidará en las últimas semanas –Mr. Barnato– o un profesor de Universidad que le dobla la edad y que se convierte en su amante.

La escritora Pilar Tena. Foto: Óscar Chamorro

La obra, llena de matices y de atractivo, muestra el crecimiento personal de la protagonista y en ello revela su universalidad, aunque no solo.

También coadyuvan los temas que aborda desde la sensibilidad: la soledad, la extrañeza de encontrar a alguien, los miedos y las dudas, las decisiones que tomamos en la vida, las convicciones que abandonamos, lo perdidos que estamos en un mundo sin amigos y sin referentes, lo difícil que es vivir en otro país y sentirse extranjero

Y se detiene en algunos motivos suficientemente enfatizados: el apoyo de la familia y la necesidad de sentirse acogido, la complejidad de una relación amorosa y la debilidad del ser humano. Gran novela para la rentrée.