La BLAN sigue haciendo historia. La prueba cicloturista más antigua de España, patrocinada por EL CORREO, volvió ayer a hacer las delicias de los más … de 700 ciclistas que completaron una prueba en la que, por primera vez, compitieron más ciclistas nacionales que de Álava. «Ha hecho un buen día y nos lo hemos pasado genial. Ahora vamos a charlar un poco y a comentar cada uno su batalla», indicó Óscar López, que acudía desde Haro junto a tres compañeros de equipo para disputar esta carrera por cuarta vez.

La jornada comenzó a las 8.00 horas desde el parking de Mendizabala, donde los ciclistas ponían a punto sus bicicletas para afrontar los 155 kilómetros de la prueba, que transcurre por las carreteras de Álava, Navarra, La Rioja y Burgos. Uno de ellos era Rafa Cuesta, que se encontraba en la línea de salida junto a sus cuatro amigos. «Me gusta todo su recorrido porque no tiene puertos demasiado duros. El tiempo además es estupendo porque no hace mucho calor», señaló el vitoriano acerca de los 15 grados que marcaba el termómetro a primera hora de la mañana.

«El ambiente que hay al salir, en carretera y en la llegada es único. Es una de las mejores pruebas que he hecho»

Alonso Devia

Participante de la prueba

Quien también daba su visto bueno al termómetro fue Alonso Devia, que prefería que ni el calor ni la lluvia hicieran acto de presencia en el trayecto. «El clima está perfecto. El ambiente que hay al salir, en carretera y en la llegada es único. Es una de las mejores pruebas que he hecho», comentó en la que era su tercera participación.

Y es que el transcurso de la prueba fue viento en popa. Salvo un pequeño contratiempo nada más comenzar la prueba en el puerto de Azaceta por el accidente de dos vehículos, la prueba marchó con normalidad y fue del agrado de los ciclistas que comenzaban a llegar de vuelta en torno a las 13.30 horas a la capital alavesa. Momento reservado para los reencuentros, los abrazos y los besos con sus seres queridos, que les esperaban encaramados a las vallas con aplausos y, en algunos casos, lágrimas de alegría y emoción

El día concluyó con los protagonistas tomándose fotografías en el ‘photocall’ para inmortalizar el momento antes de degustar de un merecido avituallamiento. Bocatas de bacon y tortilla de patata, además de refrescos, flan y café fue el menú que los ciclistas no dudaron en devorar tras el esfuerzo de toda la mañana en una carpa habilitada por la Sociedad Ciclista Vitoriana. «Luego también nos tomaremos unas cervezas para celebrarlo», reseñó Devia.

Récord de mujeres

La mítica marcha sigue atrayendo nuevos adeptos cada año y volvió a agotar dorsales. Buen ejemplo de ello es que, al igual que sucediese en 2024, hubo récord de participación femenina. Más de 50 mujeres pedalearon por los escarpados repechos de Rioja Alavesa o el puerto de Zambrana, entre otros enclaves.