La escultura ‘Elogio del hierro III’ de Eduardo Chillida ha vuelto este viernes a Bilbao, tras haber pasado unas vacaciones de siete años en las … praderas de Chillida Leku. Junto al estanque de la plaza Circular, la escultura encargada por el BBVA para adornar la que fue su sede en la villa, se convirtió en una de las estampas más características de la ciudad.
Su inauguración en 1998 atrapó la atención mediática y la de los ciudadanos, y para la posteridad quedó la foto donde los transeúntes quedaron inmortalizados, entre ellos el artista Jesús Mari Lazkano. Admiraban la nueva incorporación al paisaje (al lado del recién nacido fosterito del metro de Abando), que tras dos décadas quedó desdibujado cuando por las obras en el entorno la obra de arte fue trasladada a respirar la tranquilidad y el aire puro de Chillida Leku.
La escultura aguardaba a primera hora de esta mañana cubierta con un velo blanco, asemejándose a una novia esperando a descubrirse en el momento más importante. La inauguración resultó solemne, con las autoridades congregadas para darle la bienvenida. Estuvieron Ibone Bengoetxea, vicelehendakari primera y consejera de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco; Elixabete Etxanobe, diputada general de Bizkaia y presidenta del patronato del Bellas Artes; Luis y Mikel Chillida, presidente de la Fundación Eduardo Chillida-Pilar Belzunce y director de Desarrollo de Chillida Leku, respectivamente; Carlos Torres Vila, presidente de BBVA; Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao; Mireia Massagué, directora de Chillida Leku; Rafael Pardo, director de la Fundación BBVA y vocal del museo, y el propio director de la pinacoteca, Miguel Zugaza.
Luis Chillida, Juan Mari Aburto, Carlos Torres Vila, Elixabete Etxanobe, Ibone Bengoetxea, Rafael Pardo y MIguel Zugaza, ante la escultura descubierta
I. P.
Etxanobe aludió al doble homenaje que representa la obra que ya puede disfrutarse en el parque: «Por un lado, a un material esencial en toda la trayectoria creativa de Chillida. Y por otro, a la tradición metalúrgica de la ciudad y del territorio, Bizkaia. Forjado con el esfuerzo, la energía y la creatividad colectiva de sus gentes, el hierro ha sido durante siglos motor económico, identidad cultural y también paisaje compartido, y Chillida supo traducir ese legado en formas artísticas llenas de intensidad y de significado». Etxanobe agradeció finalmente al presidente del BBVA el haber hecho posible este regreso.
Torres Vila, por su parte, expresó «el honor» que supone para él «y para el BBVA celebrar el retorno de esta escultura a Bilbao, en la Plaza Chillida, en honor a Eduardo, y en un lugar emblemático a la entrada del museo». Citó la coincidencia con un «momento muy especial» para el Bellas Artes, «inmerso en este ambicioso proceso de transformación que no sólo amplía sus espacios, sino que refuerza también su papel como uno de los principales focos de atracción cultural en España y en Europa». Recordó que la obra que el banco ha cedido «fue concebida por y para Bilbao como un tributo a su tradición siderúrgica. La realizó Chillida por encargo del banco y es parte de nuestra historia, de la del BBVA y de la de Bilbao, una ciudad con la que tenemos fuertes lazos que nos unen. Y por eso me produce especial ilusión su vuelta gracias al acuerdo entre BBVA y el Museo de Bellas Artes».
Uno de los hijos del artista, Luis Chillida, tuvo palabras de recuerdo para su padre: «Para aita esta escultura fue un trabajo muy especial. Fue una obra pensada y preparada para Bilbao, un homenaje a la importancia de este material industrial. Y tras unos años maravillosos que ha pasado con nosotros en Chillida Leku, la escultura regresa porque este es su sitio, un museo muy querido para él, muy especial. Y vuelve a un espacio público, algo muy importante, pues su finalidad era que sus obras pudieran estar disponibles, abiertas al paseante».