Con tres partidos ya en su mochila de la pretemporada, el Covirán Granada ha empezado a enseñar algunos de las que serán sus signos de … distinción cuando la temporada oficial de la Liga Endesa arranque a partir del primer fin de semana de octubre. Como ya hizo ante UCAM Murcia y Caesa Cartagena, el equipo dirigido por Ramón Díaz no dudo en apostar por un alto de ritmo de juego en la Copa Andalucía celebrada este sábado en Córdoba ante un rival de tronío como el Unicaja. Y lo cierto es que las sensaciones que dejó el equipo rojinegro –más negro que rojo esta campaña– fueron bastante buenas, dando la cara hasta prácticamente el final frente a un equipo que ganó cuatro títulos el pasado curso y que viajará ahora a Singapur para defender su título de la Copa Intercontinental.
Sin complejos ante los costasoleños, el Covirán se impuso en los cuartos impares –21-26 en el primero y 19-25 en el tercero–, pero cedió más claramente en los pares: 24-14 el segundo y 25-16 el definitivo. De aquí puede extraerse una conclusión, y es que el encuentro se le pudo hacer algo ‘largo’ a los de Díaz, escenario totalmente lógico ante un rival superior y con un punto más de rodaje, dada su necesidad de competir por títulos ya la próxima semana. Sin embargo, la buena noticia fue que, si bien ante UCAM y Cartagena, el nivel del Covirán cayó claramente tras el descanso, en el derbi autonómico el fuelle duró más, hasta avanzado ya el último parcial, momento en el que el Unicaja fraguó la distancia que acabó siendo definitiva.
Además, el equipo granadino supo ‘cuidar’ razonablemente bien el balón. Sumó diez pérdidas, una cifra más que aceptable para estar en pretemporada, implantando un ritmo de juego tanta alto y teniendo un rival enfrente con la capacidad defensiva del Unicaja de Ibon Navarro. Ese fue sin duda otro punto reseñable, como también la decidida apuesta por un altísimo volumen de tiros de tres que Díaz quiere imprimir en este equipo, de forma heredada de su experiencia americana. El Covirán, que lanzó más tiros de tres (35) que de dos (32) empezó el partido brillante en ese aspecto, anotando sus seis primeros triples, aunque luego lógicamente el porcentaje decayó hasta un 37% (13/35). «La mentalidad está encima de la mesa, el equipo sabe lo que queremos y si fallamos seguiremos tirando; el objetivo tiene que ser estar cerca de un 40%, que es lo que nos hará ganar partidos», avisó Díaz tras el choque.
Juego interior
En todo caso, por mucho que el aficionado rojinegro vaya a acostumbrarse a ver a su equipo usar mucho la línea de 6’75 metros, en la idea de Díaz resulta imprescindible una buena aportación de sus interiores. Bozic y Burjanadze serán claves en el ‘4’, generando mucho juego en el poste bajo y pudiendo también amenazar desde el perímetro. Mientras, en el puesto de ‘5’ ninguna de las piezas tiene tiro exterior, por lo que el trabajo irá mucho más destinado al rebote, la intimidación y el bloqueo directo, tanto en defensa del rival como generando con el propio.
En ese sentido, ahora mismo hay dos figuras claramente diferenciadas. La cara es Babatunde Olumuyiwa, jugador poco virtuoso, pero que conoce muy bien la competición española y sabe muy bien el trabajo que ha de hacer. Ante el Unicaja, dio una buena rotación con 4 puntos, 4 rebotes y 2 tapones en apenas 15 minutos. Eso sí, en un par de ocasiones de extralimitó en ataque y cometió dos pérdidas evitables. Fuera de eso, conoce su oficio y seguramente cumplirá con él.
Bastante más desubicado por el momento está Zach Hankins, llamado a ser la referencia en la pintura, pero al que le está costando adaptarse a los rigores tácticos y físicos que exigirá la Liga Endesa. 6 puntos (3/8 en tiros) y 3 rebotes fueron su hoja de servicios en un partido en el que tuvo problemas de faltas. En ataque le faltó energía para finalizar mejor y en defensa dos triples decisivos de Kravish llegaron porque el norteamericano del Covirán no salió a defenderle. Mucho trabajo aún con Hankins, al que Díaz le ha pedido que se ponga en forma. Si no, es muy difícil jugar a este ritmo para un ‘5’ tan puro.