El monfortino Carlos González Albo disfruta pintando paisajes, tanto del interior como de la zona costera en la que vive. Inspirado en la fotografía presentó la exposición Ribeira Sacra en su ciudad natal durante la última quincena de julio y la primera de agosto. Ahora prepara su siguiente muestra, que tendrá lugar en Sober el próximo mes de abril.

¿Qué le inspiró a centrar esta muestra en paisajes de la Ribeira Sacra?
Soy pintor realista y monfortino de pura cepa. Me gusta la fotografía y de la época en la que salía con la cámara tenía mucho material de paisajes de la Ribeira Sacra, tanto de la zona Miño como de la Sil. Las dos tienen mucha magia y por eso hice una exposición basada en cuadros inspirados en estas fotografías en Monforte.

¿Por qué eligió este escenario?
Me gustó siempre la policromía de mi ciudad y no había un lugar mejor para exponer estas pinturas. Uno de los cuadros que más ha gustado en la exposición, la cuarta en mi trayectoria, y que vendí a un licenciado en arte fue de un viñedo en otoño, con los colores rojizos de las hojas contrastando con los verdes de la montaña y al fondo el río Sil. Aunque para mí el dinero no es lo más importante, sí que es un orgullo y una satisfacción que te compren tus cuadros y en ese aspecto la exposición fue muy bien. Vendí 17 de los 27 cuadros expuestos. 

¿Cómo ha sido la acogida del público?
Lo crematístico influye, pero más lo hace que guste y eso es lo que ha pasado con esta muestra. De arte entendemos todos, solo es ponerse delante de una obra y sentir que te llena. Ver que lo he conseguido ya es suficiente para mí. Las exposiciones son fundamentales para un pintor, para ver qué despiertas en el público.

¿Qué busca transmitir al espectador a través de sus paisajes?
La sensibilidad, tocar ese punto del alma. Quiero que disfruten de la gama de colores que uso y que les transporte al lugar y el ambiente.

¿Hay algún mensaje emocional o cultural sobre la Ribeira Sacra que busque trasladar con su obra? 
Sobre todo quiero que les conmueva, que sientan que están ahí mirando el paisaje. La indiferencia es lo único que no quiero despertar. Quiero que algo de mi cuadro tire del espectador y le conmocione, eso es lo máximo a lo que puedo aspirar como pintor. 

¿Es principalmente un ejercicio estético o también una reflexión identitaria o cultural?
Además de por un tema personal, ya que soy de la zona, la Ribeira Sacra me llama estéticamente por la belleza del paisaje interior de Galicia. Los americanos tienen el Gran Cañón, nosotros la Ribeira Sacra que nos habla con los colores del paso del tiempo.

¿Tiene planeadas nuevas exposiciones para el futuro?
Ya tengo otra apalabrada, ‘Galicia interior, mar y flores’ que se hará en abril en la casa de la cultura de Sober. Habrá diez cuadros de la Ribeira Sacra y otros del mar en las Rías Baixas.