El 16 de octubre de 2000, hace ahora 25 años, surgió como una escisión de la FIBA la segunda competición de baloncesto de clubes más relevante del mundo por detrás de la NBA, la Euroliga. Real Madrid y Olympiakos estrenaron un nuevo formato con un partido en la capital de España. Precisamente la temporada 2000/2001 fue la única en la que no compitió el gran equipo de Israel, el Maccabi de Tel Aviv, que optó por disputar –y ganar– un campeonato llamado Suproliga, adscrito a la FIBA y que solamente duró una temporada. En el contexto del genocidio en Gaza, que acumula ya más de 64.000 asesinados, la presencia de clubes de ese país no europeo, dos esta vez –por primera y única ocasión en toda la historia del torneo–, está volviendo a generar debate público como lo ha hecho la Vuelta ciclista. Pero el problema no es algo nuevo, ni mucho menos, en las ciudades que albergan la Euroliga, particularmente en Vitoria, que ha recibido ya en una veintena de ocasiones a los de Tel Aviv.
En aquel estreno de hace un cuarto de siglo, a falta del equipo amarillo, estuvo invitado el Hapoel de Jerusalén, que nunca regresó. Solamente disputó un partido en España, contra el Real Madrid. Fue el 14 de diciembre de 2000 y los israelíes perdieron de 40. Otro Hapoel, el de Tel Aviv, se estrenará este 2025 y acompañará al Maccabi, que es uno de los dueños de la competición al igual que Saski Baskonia y las secciones de baloncesto de FC Barcelona y Real Madrid, entre otros. A falta de posibles ajustes, consta como partido inaugural para el 30 de septiembre un choque contra el FC Barcelona. Por motivos de seguridad, el encuentro no se disputará en Israel sino en Sofía, la capital de Bulgaria. El Maccabi lleva también desde octubre de 2023 jugando en Belgrado, en Serbia. No acude público a estas citas. Desde la pasada temporada, además, el Maccabi no pisa Turquía, país de mayoría musulmana y uno de los grandes mecenas de la competición a través de la compañía Turkish Airlines.