Ridículo para empezar

Primera tarascada de la temporada. Extraña, incluso imperdonable a pesar de ser pretemporada (aunque un partido oficial) pero sobre todo cómo se produjo. El nuevo proyecto del UEMC CB Ciudad de Valladolid, en un escalón inferior tras el descenso a Segunda FEB, comienza como se acabó: haciendo el ridículo. Dicho y hecho. Así de crudo. Cierto es que es pretemporada, con mucho camino por recorrer aún, aunque la Copa de España, en palabras del club, es un objetivo prioritario. Al menos eso ha vendido al entorno, a la prensa, a los aficionados…. Pero como se demostró en la vecina León, el equipo hizo oídos sordos, en la pista y desde el banquillo, a los deseos de un club que intenta resucitar herido en el orgullo deportivo y herido, más bien sangrado, en su maltrecha economía.

El renovado equipo morado (ayer estrenado su segunda equipación blanca y morada), fue como la gaseosa con un inicio chispeante que hizo presagiar una paliza de escándalo cuando el marcador del Palacio de los Deportes de León reflejaba un estratosférico 15-39 cuando apenas se habían consumido 15 minutos del derbi. Nada más lejos de la realidad porque la diferencia estuvo en el banquillo. Mientras a Luis Castillo, técnico local, le dolió la ridícula puesta en escena de su equipo con una desventaja que llegó a esos 24 puntos, el inmovilismo y pasotismo de su homólogo David Barrio, totalmente bloqueado en el tramo final, cambió las tornas de un partido que mutó del blanco al negro, de apalear a ser apaleado. Ver para creer.

No debería ser excusa que faltaban dos jugadores (Marín y Carreño) como no es excusa que los jugadores estuvieran cargados de piernas. La pregunta es obligada. ¿Por qué se ha hecho una plantilla tan corta (10 jugadores)? ¿No se iba a apostar por la cantera? En León, Neri jugó 4 minutos, Hansen 2 y Barnes y Bello se quedaron en blanco. Palabras, solo palabras. Porque, además el 15-39 del marcador no decía eso. La Cultural Leonesa, solo fue fiel a su filosofía de juego de principio a fin, intensidad al borde del correcalles, muchas posesiones y apuesta clara por la línea de tres puntos (14 de 36). Y así, nunca perdió la fe, incluso ni cuando estaba siendo barrido (literal) del campo por su aparente fiero rival. Pero para eso están los entrenadores, para motivar, para corregir, para inventar…. Y León granito a granito hizo montaña comiéndose poco a poco a un extrañamente inapetente rival que tampoco contó con ayuda externa desde la banda. Extraño, muy extraño. Como los toros, desde la barrera.

Cultural y Deportiva Leonesa 96; UEMC Ciudad de Valladolid 87.

Cultural y Deportiva Leonesa: Deng (11), Hayman (15), Bultó (6), Amadasun (8) y J. Llamas (15) -cinco inicial- Orenga (4), González (-), Cebolla (11), Domínguez (6), Van der Heyden (5) y R. Llamas (15).
UEMC CBCV Valladolid: Isern (21), Hanna (4), Haney (16), Ordoñez (7) y Ochi (8) -cinco inicial- Taiwo (10), García-Abril (11), Neri (3), Hansen (-) y Pablo Martín (7).
Árbitros: Pellitero y Marchiano.
Parciales cada Cuarto: 13-29; 21-23; 32-14; y 30-21.

Pocos, más bien nadie, se hubiera podido imaginar que el UEMC CBCV iba a perder el partido y menos de forma clara. La extrema dependencia de Pau Isern, el mejor con 21 puntos y 30 minutos en cancha pero un islote en la inmensidad del océano, pasó factura al conjunto vallisoletano, que pagó también una floja, muy floja intensidad defensiva, en el bloqueo del rebote y sobre todo en los exteriores tras el descanso, donde León mortificó a su rival desde más allá de la línea de 6,75, con hasta siete triples consecutivos.

El inaceptable parcial del tercer cuarto (32-14), unido a las pérdidas (15), a una más que evidente falta de piernas y a la escasa aportación de jugadores llamados a liderar el equipo, como Hanna (4 puntos en 31 minutos), ejercieron de pesada losa ante un rival con una rotación más equitativa y… equilibrada que nunca se descompuso, ni siquiera en su patético inicio de partido, y que no dudó en apostar a todo o nada al triple.

La derrota o más bien la forma de producirse, lejos, muy lejos de esos valores que intenta recuperar el club a marchas forzadas tras el desastre de la pasada campaña, invitan cuanto menos a la reflexión y se convierten en la primera llamada de atención sabedores de que hay tiempo para la rectificación aunque desde el club se piensa que hubiera sido mejor comenzar no perdiendo, sino no haciendo el ridículo.

Imágenes del primer partido de la Copa de España entre la Cultural Leonesa y el UEMC Ciudad de Valladolid.Virginia Moran / Diario de León