En el mundo del interiorismo, hay profesionales que van más allá de la estética para entrar en lo emocional, en lo humano. Una de ellas es Irene Rivero, del estudio Sira Barcelona, que ha hecho de la escucha activa y el diseño consciente su filosofía de trabajo. Para Irene, un hogar no es un simple escaparate, sino un lugar donde se reflejan las historias, los valores y las aspiraciones de quienes lo habitan.
Hablamos con ella en un momento en que cada vez más personas buscan casas que no solo sean bonitas para la foto, sino que realmente se sientan bien. Irene insiste en que el interiorismo tiene la capacidad de mejorar nuestra vida cotidiana: desde favorecer el descanso hasta impulsar las relaciones familiares, pasando por algo tan intangible como elevar el estado de ánimo.
En esta entrevista, la interiorista comparte su visión sobre el papel del pasado en un proyecto, la importancia de los espacios que invitan al encuentro y al refugio, y da consejos muy valiosos para quienes temen equivocarse al decorar. Su enfoque invita a ver la casa como un reflejo de la identidad y como un espacio vivo que evoluciona con nosotros.
Noticia relacionada
Virginia Sánchez, interiorista: “Lo primero que tiraría de un salón son los mil millones de adornos que pone la gente en el mueble de la televisión. Adiós fotos de la familia”
Una entrevista sobre interiorismo y consejos para la vida, con la interiorista Irene Rivero
Foto: Heidi Cavazos / Proyecto: Coblonal Interiorismo
A lo largo de tu trayectoria, ¿qué enseñanza más valiosa te ha dado el interiorismo sobre la forma en que vivimos y habitamos los espacios?
Los espacios que habitamos moldean nuestro bienestar, nuestra forma de relacionarnos y las rutinas. Un interior bien diseñado no es un catálogo, sino una narrativa personal cuenta quiénes somos, qué valoramos y cómo queremos vivir. Esta perspectiva es muy importante tenerla en mente a la hora de trabajar los proyectos de nuestros clientes.
Si lo pienso desde una voz más íntima, como interiorista, te diría que con los años comprendí que el interiorismo no es solo diseñar espacios bellos, sino aprender a escuchar lo que la vida necesita de ellos. He visto cómo una sala mal iluminada puede apagar las ganas de reunirse, o cómo un rincón bien pensado puede convertirse en refugio emocional para alguien en momentos difíciles. El interiorismo está muy ligado a la psicología de las personas.
Hoy en día se habla mucho de “empezar de cero” en la decoración. ¿Crees que un hogar debe borrar el pasado o, por el contrario, siempre conviene dejar huellas de quiénes somos?
«Empezar de cero» en decoración puede ser liberador, permite desprenderse de objetos que ya no representan quién somos, abrirnos a nuevas etapas y experimentar con otra identidad visual. Pero borrar todo el pasado puede ser una “actuación artificial”, como si la casa se convirtiera en un escenario sin alma.
En los proyectos nunca pedimos esto a nuestros clientes, lo vemos como un sacrificio, potenciamos más bien todo lo contrario, “muéstrame que tienes y te ayudamos a que gane presencia en el proyecto, en tu nuevo look de casa”. Solo así conseguiremos que el ambiente acompañe a la identidad de quien la habita.
Foto: Fotografía: Ricard López | Arquitectura: Jaime Salvá
¿Cuál dirías que ha sido el consejo más importante que recibiste al comenzar tu carrera, y cómo lo sigues aplicando en tu día a día como interiorista?
Sé humilde, escucha al cliente, date tiempo para pensar, no funciones por inercia, no seas un clon del mercado, genera un buen servicio, tuve un profesor que fomentó mi forma de emprender, aún lo recuerdo. Trabajar en el sector del Interiorismo es una carrera de fondo continuada, aún más cuando lo haces para ti misma, lograr un servicio de calidad unido al buen gusto y a la creatividad que necesita el sector decorador/reformista, es complejo, pero cuando haces lo que te gusta todo se vuelve sincronizado.
En tu experiencia, ¿qué necesita una casa para transmitir bienestar más allá de la estética? ¿Hay algún detalle esencial que nunca debería faltar?
Una casa que transmite bienestar real va más allá de lo “instagrameable”, tiene que ver con cómo el espacio se siente, como responde a las necesidades humanas. Un punto importante son las zonas de encuentro y las zonas de refugio, debemos encontrar un equilibrio entre ambas cosas para que el hogar transmita bienestar real.
Otro aspecto sería lo relacionado con lo sensorial; ruido, temperatura y texturas afectan mucho. Una casa que permite regular fácilmente estos aspectos (aislamiento acústico, ventilación, textiles agradables) hace que se sienta acogedora. Finalmente, destacaría los colores, nos regulan el ánimo.
Tonos neutros o suaves transmiten calma, colores más vivos aportan energía. Hay que estudiar muy bien con los clientes, qué energía queremos para los espacios antes de pensarlos, una buena mezcla nos equilibra y nos hace sentir bien.
Foto: @carlastep | ABEZ Design
Si piensas en tus proyectos más personales, ¿qué tienen en común los espacios que más te han emocionado o marcado a nivel humano?
Diría que son aquellos en los que hay elementos de la historia de mis clientes. Entrelazar lo que atesoran con el diseño del interiorismo hace que el proyecto se vuelva íntimo y personal. Un mueble heredado, un cuadro con historia en la familia, un ambiente con señales de ser vivido genera en mí una vibra que fomenta la creatividad.
Muchas personas sienten miedo a equivocarse al decorar su hogar. ¿Qué consejo les darías para atreverse y disfrutar del proceso sin tanta presión?
Empieza con una parte de la casa, con algo pequeño. No pienses en decorar todo de golpe. Piensa en ese objeto que te enamora, a partir de ahí “estira el estilismo”, ¿Con qué lo acompaño? Así poco a poco iras avanzando. No te exijas de más, decorar es un proceso para vivirlo y sobre todo sentirlo.
Luego te diría que muevas los muebles que tienes para visualizar, no hay mejor consejo que presentar en la realidad, seguro que de ahí te surgirán nuevas ideas.
Mirando hacia el futuro, ¿qué valores crees que deberían guiar la forma en la que diseñamos y habitamos nuestras casas para que sean refugios verdaderos?
Mirando al futuro y al no exceso, diría fomentar el diseño de interiores unido al valor de la simplicidad o acumulación consciente. Rodéate realmente de lo que amas y usas, no acumules sin sentido tu hogar, es un reflejo de ti, proyecta en él lo que te haga vibrar.
Finalmente, diría el valor de la sostenibilidad. Tenemos que diseñar con materiales nobles, con respeto a la naturaleza y a la eficiencia energética. Debemos pensar ambientes que promuevan una relación sana con el entorno. Nuestra casa guardiana de la felicidad ha de alinearse con la evolución del ser humano en su caminar por la vida.
Noticia relacionada
Noé Prades, interiorista: «Me marcó una frase que decía que una casa no está para ser admirada, sino para vivirse, porque resume mi visión del interiorismo»