En dos semanas, y con la mayoría de los jugadores desperdigados por medio mundo con sus selecciones, ese mensaje (“el ego mata el éxito”, dijo Hansi Flick tras el frustrante 1-1 de Vallecas) se transformó en un desafío por resolver antes de que cangrenara las entrañas del grupo. Llegó el retorno a la Liga, con el Valencia de Carlos Corberán como testigo, y el Barça enterró todos los egos, además de lanzar un potente discurso futbolístico, capaz de sobrevivir sin Lamine Yamal.
Pedri controla el balón ante Guerra en el estadio Johan Cruyff durante el partido de liga entre el FC Barcelona y el Valencia. / JORDI COTRINA / EPC
De un serio problema, la ausencia de su estrella siempre lo será, el técnico, cuya actitud ha cambiado en este verano (¿alguien habría imaginado un Flick tan belicoso con De la Fuente meses atrás?) encontró una oportunidad. Ni le tembló el pulso cuando el reloj le brindó la ocasión de sentar a Raphinha en el banquillo de suplentes, tal si fuera el Koundé de la pasada temporada, porque llegó tarde a la sesión de activación. Ni con Lamine en la grada salvó al capitán brasileño de su impuntualidad. Quien la hace, la paga.
Flick está más serio que nunca. Más atento. Tiene el radar abierto desde hace semanas. En permanente estado de vigilancia porque no quiere que la obra levantada en tiempo récord el curso pasado -fue uno de los equipos de referencia del mundo aplastando al Madrid de Ancelotti al que condenó al despido, precipitando el proyecto de Xabi Alonso– se estropee tan pronto y por motivos que no sean puramente deportivos.
Raphinha celebra el cuarto gol en el estadio Johan Cruyff durante el partido de liga entre el FC Barcelona y el Valencia. / JORDI COTRINA / EPC
Hasta seis cambios -algunos obligados; otros, no- introdujo el entrenador del Barça en el once inicial que alineó ante el Rayo justo antes de que se viviera el parón. Y su equipo captó a la primera, aunque tuviera una delantera inusual –Roony, Ferran Torres y Rashford-, la idea del alemán. Abandonó los egos en el viejo vestuario de Vallecas y rescató el traje del viejo Barça. Del Barça de Flick. O sea, un grupo comprometido, generoso, intenso en la presión -el primer remate a puerta del Valencia llegó en el minuto 70, ya con el 4-0-, dinámico, capaz de construir un caudal ofensivo de manera equilibrada y coherente. Hasta 24 remates firmó el insólito grupo que diseñó el técnico azulgrana, 10 a puerta, seis goles (uno en la primera mitad, cinco en la segunda), ensanchando la profundidad de la plantilla, donde nadie se puede sentir imprescindible.
Flick ordena a sus jugadores en el estadio Johan Cruyff durante el partido de liga entre el FC Barcelona y el Valencia. / JORDI COTRINA / EPC
Y fue Fermín, el media punta mentiroso, ese que nadie ve pero es todo un tesoro porque desatasca partidos con una naturalidad asombrosa, simboliza todo lo contrario al ego. Tipo altruista, a quien algunos empujaban a marcharse este mismo verano. Pero él se resistió, convencido de que tendría su momento. Y llegó cuando más lo necesitaba el propio Fermín, además del Barça. Y, por supuesto, Flick, quien comenzó su reencuentro con la Liga sin Lamine Yamal (lesionado), De Jong (lesionado), sin Balde (lesionado), sin Araujo o Christensen (suplentes y ni un minuto ante el Valencia), sin Raphinha (salió en el descanso y marcó dos goles), sin Lewandowski (apareció en el minuto 68 y anotó dos tantos) y sin Dani Olmo (compareció en el césped del Estadi Johan Cruyff tras el 4-0 supliendo a Rashford y le dio tiempo a regalar una asistencia al ‘9’ polaco).
«Lo más importante es el equipo»
El Barça, en la búsqueda de su reencuentro consigo mismo, logró enterrar los egos que pululaban por el vestuario. «Hemos ganado como un equipo, como en la pasada temporada, con la relación entre los jugadores. Siempre se trata de un equipo y no pensar solo en un jugador individual. Lo más importante es el equipo», confesó orgulloso el alemán, quien terminó con un Barça nacido en La Masia donde cohabitaron hasta siete jugadores en la goleada al Valencia -Flick ha firmado un 20-2 al grupo de Corberan en 13 meses- para rubricar otro once insólito: Joan Garcia, Koundé, Eric Garcia, Pau Cubarsí, Jofre Torrents, Marc Bernal, que retornó tras más de un año de ausencia por la grave lesión que padeció en Vallecas, Marc Casadó, Dani Olmo, Raphinha, Lewandowski y Fermín.
Hansi Flick se dirige a Marc Bernal en la banda en el estadio Johan Cruyff durante el partido de liga entre el FC Barcelona y el Valencia. / JORDI COTRINA / EPC
“Desde el principio hicimos lo que yo quería, estoy muy contento. Nos hemos concentrado en el trabajo y en comportarnos como un equipo”, admitió el técnico del equipo más goleador de la Liga. Sumó seis tantos en el pequeño Johan Cruyff en un solo partido, mientras el fastuoso Madrid de Mbappé suma ocho goles en cuatro jornadas. El Barça de Flick suma ya 13. Se salió Hansi con la suya y enterraron los egos en dos semanas.
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