A los lectores de novela romántica actuales ya no les vale una historia de amor con personajes prototipo. Ahora buscan a protagonistas reales, con sus matices, y relatos que aborden también otros temas y conflictos. Así lo afirma la escritora valenciana Alice Kellen con motivo de la publicación de Sigue lloviendo (Planeta), una obra que autopublicó en internet hace más de una década y que ha reescrito para que se adapte más a su yo actual, aunque «sin cambiar la esencia».
Se trata de una novela corta que narra la historia de Víctor y Sara, un matrimonio a punto de firmar los papeles del divorcio cuando arranca el libro, que va desmigando qué ha ocurrido entre ellos en los últimos años y profundizando en la encrucijada donde se encuentran.
El conflicto desencadenante de la situación se desvelará conforme avance la trama, repleta de amor, dolor y rencor, pero que también abre la puerta a la esperanza.
Silvia Hervás -nombre real de la autora superventas- considera que el auge del género romántico ha derivado en que los lectores sean más exigentes. «Ya no aspiran a ese prototipo de personaje masculino perfecto y de protagonista femenina que se complementa cuando él llega», señala. Buscan personajes que tengan «muchos matices, no muchos blancos y negros», y que se hable de otros asuntos más allá del amor al uso, como pueden ser la búsqueda de identidad, la vida laboral o la maternidad.
Eso, a su juicio, hace que cada vez sea más complicado crear una historia original y que sorprenda.
Una obra íntima
Sigue lloviendo forma parte de un grupo de novelas, de formato pequeño, más íntimas y con pocos personajes. Aunque reconoce que estas no han sido nunca sus obras más comerciales y han vivido un poco a la sombra de aquellas protagonizadas por personajes más jóvenes, Kellen cree que «todas pueden convivir».
«Desde el principio a mí me interesaba también hablar de personas de treinta y tantos años y de otras perspectivas que no fueran tampoco la historia de chico conoce a chica, se enfadan y se reconcilian», afirma la autora, quien espera que aquel que lea Sigue lloviendo «quede atrapado en la historia desde el principio y lo lea del tirón».
Reconoce que reescribir un relato ya existente ha sido difícil. «Tenía que tener cuidado porque, al final, es una historia que hay lectores que ya conocen y tampoco puedes cambiarles el libro», así que, prosigue, ha sido «como trabajar sobre unos cimientos y dedicarte más a poner molduras, a pintar y a toda una parte un poquito más decorativa».
Pequeña y gran pantalla
Mientras, Kellen ya tiene en marcha otros proyectos como la adaptación de El mapa de los anhelos, de la que se está haciendo una serie para Netflix, y Todo lo que nunca fuimos, que verá la luz como película, ambas previstas para 2026.
Asegura que le ha parecido muy interesante poder conocer los guiones y ver cómo se adaptan los libros al lenguaje audiovisual.
También está inmersa en un nuevo libro, que se publicará el próximo año y del que solo adelanta que tendrá una estructura distinta.