Según ha podido conocer EL ESPAÑOL de fuentes de seguridad ciudadana especialistas en labores de protección y escolta, esta es una práctica habitual por parte de las integrantes de la formación morada.

Tal y como se puede apreciar en una de las imágenes que han trascendido, uno de los integrantes de ese equipo que acompañaban a las exministras es Erlantz Ibarrondo, un abogado vinculado a organizaciones de extrema izquierda. Las protestas terminaron con 22 policías heridos y dos personas arrestadas.

En los últimos años, se le ha podido ver acompañando en situaciones similares en actos públicos tanto a Pablo Iglesias como a Irene Montero. También a otros integrantes de ese grupo ultra.

Irene Montero y Pablo Iglesias, en una imagen de archivo. Delante de ellos, franqueándoles el paso, Erlantz Ibarrondo.

Irene Montero y Pablo Iglesias, en una imagen de archivo. Delante de ellos, franqueándoles el paso, Erlantz Ibarrondo.

Europa Press

Ibarrondo fue en 2009 en las listas del partido Iniciativa Internacionalista en las elecciones al Parlamento Europeo, una marca blanca promovida por Batasuna. Fue el abogado defensor del ultra de Bukaneros Alfon, condenado por el Tribunal Supremo a cuatro años de prisión por tenencia de sustancias explosivas.

Este letrado también ejerció la defensa de los arrestados de Rodea el Congreso y lideró la defensa de la familia de Jimmy, el ultra del Deportivo de la Coruña asesinado en Madrid por miembros del Frente Atlético junto al Vicente Calderón.

Ibarrondo era el encargado de coordinar a los distintos miembros de Bukaneros que integraban la seguridad de los líderes de la formación morada, y junto a ellos se le ha visto en numerosas ocasiones, ejerciendo como escolta en distintos desplazamientos de los últimos años.

INVASIONES

Tal y como publicó EL ESPAÑOL, los radicales de Bukaneros que ejercían de guardia personal de Iglesias protegían también la entrada de su chalet de Galapagar.

Dos de esos miembros de la seguridad de Podemos serían detenidos en mayo de 2021 por agredir a agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) durante un mitin de Vox en Vallecas el mes de abril de ese mismo año, en vísperas de las elecciones autonómicas.

Según las fuentes policiales consultadas, los miembros de esta organización suelen integrar dispositivos de seguridad personal de Irene Montero y Pablo Iglesias. A su vez, el Ejecutivo reconoció en una pregunta parlamentaria el pasado año que ambos «disponen de personal de servicio de protección de la Unidad Central de Protección de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana» de la Policía Nacional.

Tanto Iglesias como Monterocuentan con policías que les protegen, pese a que abandonaron el Gobierno en marzo de 2021 y julio de 2023, respectivamente. Este domingo, sin embargo, entre quienes velaban por su seguridad en los altercados en el centro de Madrid, había rostros conocidos de la citada organización deportiva de extrema izquierda.

Por el momento, no se ha confirmado si Belarra y Montero acudieron a la protesta propalestina acompañadas también de esos agentes que velan por su seguridad.

«Se reían en nuestra cara»

El dispositivo de seguridad establecido por el Ministerio del Interior y la Delegación del Gobierno en el centro de Madrid en la última jornada de La Vuelta a España se vio absolutamente desbordado por los manifestantes propalestinos, que lograron reventar la carrera.

Los 1.500 agentes de Policía Nacional y Guardia Civil movilizados se vieron sobrepasados muy pronto, apenas una hora más tarde del inicio de la etapa de este domingo.

Los manifestantes, perfectamente coordinados, desbarataron el control de seguridad y empezaron a arrojar vallas, vidrios y otros objetos a los agentes antidisturbios.

Tras lo ocurrido, los agentes de la Policía Nacional señalan tanto al ministro del Interior como al presidente del Gobierno por alentar los incidentes y por la falta de previsión ante unos disturbios previsibles. Según integrantes del dispositivo, los antidisturbios salieron «sin material», permitiendo que los radicales se colocasen detrás de las vallas sin atar.

Cuando el ambiente ya estaba caldeado, una hora más tarde del inicio de la última etapa de La Vuelta, los policías recibieron la orden de retirarse para colocarse la protección antitrauma. «Éramos uno por cada 300». Después comenzaron a arrojarles vallas, cascotes, botellas de vidrio, latas de cerveza.

Después tuvieron que replegarse hacia Atocha para buscar el material en sus vehículos, pero no contaban con la cobertura suficiente. En las televisiones se vieron imágenes de pequeños grupos de agentes totalmente rodeados. Cuando consiguieron llegar a los furgones, y pensaban que comenzarían a cargar para disolver a los manifestantes, no recibieron ninguna orden. «Nos dejaron en línea en Atocha, mientras se reían en nuestra cara».

Según fuentes conocedoras del dispositivo consultadas por EL ESPAÑOL, desde Interior se pidió evitar fotos o incidentes incómodos, y primar esa imagen a que los agentes pudieran hacer bien su trabajo.

La orden no se dejó por escrito. Los mandos consideran que se podía haber dado una mejor seguridad durante toda La Vuelta, sin acortar los recorridos.

Sin embargo, eso habría propiciado «más fotografías de detenidos». Desde Interior se intentó evitar esto por todos los medios, según señalan los agentes.