En las fiestas de Olite-Erriberri hay sonidos que nunca fallan, como la Banda de Música, los txistularis, las txarangas o las verbenas. Pero este año, entre tanto clásico, se ha colado un ritmo poco habitual en el programa festivo: el Hip-Hop. La culpa —o el mérito— la tiene la asociación Hip-Hop Olite, que está empujando fuerte para que este género tenga su espacio en la fiesta, ofreciendo a su vez una alternativa fresca y local que conecta con las nuevas generaciones sin romper con el espíritu de siempre.

Así, este 15 de septiembre, el tercero de las fiestas, la asociación fue la encargada de organizar la comida popular de la plaza; una comida en la que se congregaron alrededor de 130 personas. A su vez, los beneficios del Bingo realizado durante la noche, fueron para ellos. “Estamos muy agradecidos al Ayuntamiento de Olite-Erriberri por habernos dado voz y cedido un espacio en la Casa de África y poder así albergar nuestro evento, el cual consistirá en unos conciertos de diversos géneros (rock-punk; electrónica; y hip-hop) el viernes 19 con artistas del pueblo y por otro lado, más conciertos el sábado 20 pero en este caso únicamente de música hip-hop con gente tanto local como de la zona”, adelantan.

Sus inicios

“Hip Hop Olite nace de un grupo de amigos de diferentes edades a los que nos gustaba mucho el hip hop. De borrachera siempre decíamos de juntarnos, de crear algo, hasta que un día hicimos la primera reunión. Poco a poco se fue uniendo más gente y entre siete u ocho empezamos a mover una cuenta de Instagram y a empaparnos de lo que era la cultura aquí, en Navarra, que éramos muy desconocedores. A raíz de esto, movimos el primer festival (Rap’n Rancho) en 2023 porque vimos que había muchos grupos que merecían la pena, espacio y visibilidad. Hicimos la juntera por el buen rollo, por hacer cosicas para el pueblo y por generar ese arte y esa cultura. Decir que el grupo lo formamos varias personas, pero no actuamos todas en conjunto como una banda unida”, explican desde el grupo.

Más allá de los artistas del hip-hop que pueda haber en Tafalla o en Iruña, en Erriberri también cuentan con una pequeña cantera de artistas: “Tenemos nuestra pequeña cantera, la cual lleva tiempo aunque no se sepa, aunque no hayamos salido de nuestra zona como quien dice. Estamos aquí y tenemos ganas de salir (o no). No hemos llegado a profesionalizar un producto como para hacer una carta de presentación. Han sido temas más sueltos y como un rollo menos profesional, pero a la vez proyectando algo tocho. Ha venido más del gusto que de querer sacar algo”, mencionan. “Me acuerdo de estar en un concierto en Barcelona y de decir vamos a hacer algo de música. Y poco a poco vas comprando las cosas para grabar y hacer cosas por gusto. Ahora estamos gestionando para montar un estudio aquí en Olite, e intentar hacer algo más serio de cara a la gente. Hay mucha gente que se confunde, pero somos 314 y Tj Monclair, que somos un dúo. Y luego está Zarko, que nos está tomando la delantera el niño, porque está mucho más serio”, aclara Tj Monclair, uno de los integrantes.

Cedida.

En cuanto a su evolución, mencionan que cuando hicieron ese primer festival, lo que realmente movió a la gente fue tener un espacio donde “poder expresar lo que se hace”. “Por muchas canciones que subas a YouTube, muchas veces no sabes dónde vas a poder cantar, ni si vas a poder hacerlo. Y luego ya no solo la gente que ya tenía algo medio serio, sino también gente nueva que no tenía nada. Creemos que ahora la gente tiene más asumido que es algo cada vez más normal, y que cada vez hay más chavalillos/as que se atreven a empezar con eso que les gusta. Y precisamente el objetivo es ese, animar a la gente a crear y generar ese tipo de cultura”.

Contracultura política y popular

Sabedores que el género en el que se mueven puede tener ciertos prejuicios, su trabajo ha consistido en que la gente que acuda a sus eventos se encuentre “con un ambiente bueno, sano y con el que poder sentirse como en casa”. “Los ideales que refleja el hip hop obviamente son los que son, solo hay que escuchar las letras; es calle, es gente que viene de abajo. Una cultura protesta. Al principio no queríamos posicionarnos mucho ni meternos en ningún jardín, pero luego es que con cada acción te estás posicionando. Entonces, claro que somos una asociación antifascista, antirracista… y por supuesto queremos que esos valores se inculquen en nuestra comunidad y en nuestros eventos. Por ejemplo, con un festival que hicimos por Palestina inevitablemente nos posicionamos. Aunque, más allá de todo se trata de compañerismo, de intentar crear buen rollo, de crear una organización basada en la tolerancia y el respeto. Que toda la gente que venga aquí se encuentre con un ambiente bueno, sano y con el que poder sentirse como en casa”.

Por otro lado, en cuanto a los macro festivales y la desvalorización de la música, opinan que “habría que volver a los orígenes, a lo que realmente mueve la música y a ese amor y compañerismo. Si partes de esa base ya no tiene que ser grande, sino puro. Nos gusta disfrutar de la buena música y crear una comunidad sana. Creemos que tiene que haber una buena oferta y precios justos para los que van, porque cobrarle a la gente 10 euros por un cubata es aprovecharse. No tenemos nada que ver con eso y no queremos. No hemos hecho dinero con los eventos, no han sido rentables. Pero ¿en qué mides la rentabilidad? En dinero no han sido rentables, pero en llenarte el corazón, muchísimo”, argumentan, mientras finalizan asegurando que “es importante crear un entorno de confianza y de seguridad para la gente que viene, porque así también a la hora de actuar está más suelto, tranquilo… La esencia desde el primer evento hasta ahora siempre ha sido esa. Esto es hogar. Resaltamos que para nosotros es lo mismo la gente que está cantando, que los técnicos, que el público y que todo el que esté. Es una cultura y cada uno aporta lo que tiene. Queremos arropar a todo el que venga. Luego nos vienen los mejores y nos lo agradecen, y es porque algo estamos haciendo bien. Ah, y no tenemos ningún grupo sionista detrás, que quede claro”.