Lleva ya más de un mes en A Coruña. ¿Cómo están siendo sus primeros pasos con el OAR?
Están siendo muy buenos, la verdad. Esta temporada es clave, porque se acaba de ascender de Primera Nacional a División de Honor Plata, que es una liga mucho más competitiva y en la que los equipos ya son totalmente profesionales. El club está dando pasos de gigante [para adaptarse] y está haciendo las cosas muy bien. Ahora, lo importante es que podamos cumplir el objetivo de mantener la categoría. Los jugadores estamos trabajando para compenetrarnos lo antes posible y funcionar, porque somos muchas caras nuevas y todavía estamos en construcción.
Son muchas caras nuevas, pero también se mantiene una base sólida del curso anterior. ¿Es difícil la adaptación de las dos cosas?
Sí, está claro. El grupo del año pasado es muy bueno, hay mucha compenetración, pero el equipo se ha reforzado con jugadores de un gran nivel. Por eso tenemos que cohesionarnos lo antes posible, aunque lleva un tiempo. Cuanto antes lo logremos, antes sumaremos puntos. Esto va de ganar partidos para conseguir el objetivo y no queda otra que trabajar y ser pacientes con el proceso.
De momento, ya tienen dos puntos en el casillero tras vencer al Cisne en la primera jornada. ¿Qué sabor deja ese triunfo?
Fue muy trabajado. La pretemporada ha sido dura, nos cargamos mucho y el equipo se está conociendo y avanzando lentamente. Llegamos a Pontevedra con incertidumbre, a medirnos contra un rival que tiene mucha experiencia y jugadores que llevan tiempo jugando juntos. Y, además, jugábamos fuera de casa. Había bastantes hándicaps y no íbamos cómodos del todo, porque en pretemporada los resultados fueron irregulares y no terminamos de encontrar un juego sólido. Pero, al final, preparamos el partido muy bien, tuvimos una actitud fantástica y ejecutamos el plan de manera excepcional. Estuvimos muy bien y nos llevamos dos puntos muy valiosos.
¿Desde las victorias se trabajan mejor las tareas pendientes?
Desde luego, eso siempre (se ríe). Se trabaja más tranquilo, todo el mundo está más receptivo. Sabemos que solo son dos puntos, en caso de haber perdido, no hubiésemos cambiado la manera de afrontar esta semana, pero queríamos ganar y ganamos. La temporada es larga y hay que sumar mucho, habrá altibajos y momentos duros, así que, estamos muy contentos de haber ganado, pero hay que continuar entrenando con humildad y con trabajo.
¿Qué OAR cree que podremos ver cuando las piezas encajen?
Es una pregunta complicada, porque nadie se quiere pillar los dedos con esto (se ríe). Lo que es innegociable, y todos coincidimos en ello, es que hay que competir todos los partidos. Después, el tiempo nos pondrá en nuestro sitio, más arriba o más abajo, ya veremos. Todos queremos mantener al club en Plata, porque A Coruña se merece un equipo profesional y tener balonmano del mejor nivel.
¿Considera que el OAR puede llegar a ser el equipo referente del norte de Galicia?
Espero que sí, es lo que queremos conseguir. Aquí en el norte hay una cantera muy buena, hay muchísimos equipos que trabajan bien y nutren al resto del balonmano gallego, es una maravilla. En este caso, el OAR es el que está en categoría superior, así que, ¿por qué no ser una referencia si se hacen bien las cosas? Ojalá seamos un espejo y muchos nos vean y quieran mejorar y conseguir buenos resultados. Sería un orgullo.
Ha estado dos años lejos de Galicia, en el Burgos. ¿Por qué acepta la oferta de jugar en A Coruña?
Cuando el OAR contactó conmigo, me ilusionó el proyecto. Hubo conexión cuando hablé con los dirigentes, vemos las cosas de manera similar. Quería ayudar en algo así y favorecer el crecimiento del club, la decisión fue sencilla.
¿Conocía ya a alguno de sus nuevos compañeros?
Sí, porque el balonmano es un mercado pequeño. A algunos no los conocía personalmente, pero sabía quiénes eran. He seguido al OAR en varias ocasiones y mi amigo Alejandro Conde estaba aquí.
¿Qué cree que puede aportar usted al engranaje colectivo?
Soy un jugador de ataque, pero jugaré de lo que haga falta. Es un tópico, lo sé, pero haré lo que Nando me pida. Tengo gol, soy capaz de ver el juego y me gusta organizar, pero, si tengo que defender, defenderé. La liga es muy larga y tenemos que estar los unos para los otros, predispuestos para dar nuestro máximo rendimiento.
Es internacional con la selección de Estados Unidos. ¿Por qué?
Mi abuelo emigró a Estados Unidos, así que mi madre y su familia son americanas. Yo tengo la doble nacionalidad y la selección estadounidense se interesó en que estuviese con ellos. Por mi parte, estoy encantado de representarlos, porque mi historia está dividida entre España y América. Estamos trabajando para desarrollar el balonmano allí y en los últimos años hemos conseguido resultados muy positivos. Está claro que, de momento, es un deporte minoritario, pero cada vez estamos dando más pasos adelante.
Ha participado en dos Mundiales con el equipo norteamericano. ¿Cómo valora esas experiencias?
De forma muy positiva. Al final, te codeas con los mejores jugadores del planeta y en el tema organizativo y deportivo es una maravilla. Es un privilegio poder vivir algo así y disfrutarlo. Así que, mientras pueda, lo haré.
Volviendo al OAR, este sábado reciben al Burgos (19.00 horas) y debutan en San Francisco Javier. ¿Qué espera del encuentro?
Es un rival durísimo. Para mí, claro candidato al ascenso. Pero bueno, nosotros afrontamos todas las jornadas igual, vamos a salir como en cualquier otra ocasión. Jugamos en casa y esperamos que la afición responda y venga a ver al equipo. Será un partido muy exigente, tendremos que dar el máximo y ver qué va pasando. Es otra oportunidad de continuar desarrollando nuestro juego y, sobre todo, de sumar puntos. Tenemos que ser ambiciosos y competir en cualquier circunstancia, por muy potente que sea el rival.