Lunes, 15 de septiembre 2025, 16:00
| Actualizado 16:12h.
Escasas horas después de que finalizara la Vuelta a España, marcada por la protestas propalestinas que dejaron sin final la gran ronda ciclista, el Gobierno de España ha elevado la presión sobre los equipos israelíes que compiten en Europa. La mirada del Ejecutivo se ha dirigido este lunes de lleno a la Euroliga. La ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, ha exigido a la competición «tomar decisiones» ante el inminente inicio de la campaña, en la que los conjuntos hebreos han ampliado su representación por la incorporación del Hapoel y la habitual presencia del Maccabi de Tel Aviv.
«Los organismos internacionales no pueden vivir ajenos a este clamor popular en contra del genocidio de Gaza», ha subrayado Alegría, que redobla la presión del Ejecutivo después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mostrara su «admiración» por las protestas que interrumpieron La Vuelta en su llegada a Madrid. La ministra ha advertido de que «el silencio no puede ser una respuesta», y ha avalado el rechazo a la participación de los equipos israelíes en competiciones deportivas. «Quien pensara que la ciudadanía española iba a encapsular el genocidio bajo un paraguas de silencio y equidistancia es porque no conocen a la sociedad española», señaló.
La ministra ha cifrado en «cinco o diez» los violentos que se hicieron notar en La Vuelta, cuya actitud ha «reprobado». «Esa minoría no representa en absoluto esa mayoría de ciudadanos, de miles y miles de ciudadanos que se han manifestado desde el primer día que empezó La Vuelta y que solamente han lanzado un grito claro y solidario en contra del genocidio de Gaza», ha matizado.
Las palabras de Alegría dirigen ahora la mirada a la máxima competición europea. «Ayer terminamos La Vuelta, pero próximamente vamos a empezar con la Euroliga y ahí participan, por ahora, dos equipos israelíes», ha recordado la ministra, con lo que ha dirigido el foco a la competición baloncestística de referencia en Europa. Sin embargo, no es la única voz que se ha alzado en contra de la presencia de los equipos israelíes. Hace apenas una semana, el diputado general de Álava, Ramiro González, reprochó a la Euroliga que permitiera competir al Maccabi y al Hapoel, que este curso ha logrado el billete tras conquistar la Eurocup la pasada campaña.
«Lo que ocurre en Gaza no es menos grave que la agresión de Rusia a Ucrania», señaló el máximo dirigente del territorio, que empleó la palabra «genocidio» para definir el conflicto. La Euroliga ha optado por mantener un perfil bajo y por el momento no se plantea expulsar a los equipos. Y es que el Maccabi es, además de un competidor habitual, un miembro de pleno derecho de la principal liga europea de la canasta. Lo mismo sucede con los clubes propietarios, entre los que figura el Baskonia, y que han eludido realizar posicionamientos públicos a título individual.
En el caso del club azulgrana, su director deportivo, Félix Fernández, señaló que la Euroliga «permite que estos equipos jueguen», con lo que deslizó que el margen de maniobra de la entidad vitoriana es limitada. Más allá de la Euroliga, la FIBA autorizó en las últimas semanas competir a la selección nacional israelí en el recién concluido Eurobasket.
La visita de los equipos israelíes a Vitoria despierta cada año el rechazo de una parte de la afición baskonista y de la ciudadanía, que la pasada temporada protagonizó manifestaciones más multitudinarias que en años anteriores. Para esta campaña, la Euroliga ha programado las visitas de los hebreos a la capital alavesa para los días 27 de marzo (Hapoel) y 7 de abril (Maccabi). Los clubes israelíes, por su lado, seguirán jugando en países neutros sus partidos como locales. El Maccabi lo hará en Belgrado y el Hapoel, en Sofía.
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