Se trata de una iniciativa que pone en valor la empatía y la cercanía en la relación médico-paciente y visibiliza el impacto real de esta enfermedad crónica en la vida de quienes la sufren.
La campaña se desarrollará a lo largo del mes de septiembre y estará formada por tres historias de pacientes, difundidas a través de vídeos en YouTube y reels en Instagram. En cada relato, los protagonistas comparten cómo la dermatitis atópica grave afecta a su vida diaria y, de manera inesperada, reciben el testimonio y apoyo de sus dermatólogos.
“En un momento en el que la inteligencia artificial y la tecnología marcan la conversación, queríamos recordar que el cuidado humano, la empatía y la cercanía siguen siendo insustituibles. Para los pacientes, contar con un médico que escucha y acompaña también forma parte del tratamiento”, explica Jaime Llaneza, presidente de AADA.
Una enfermedad crónica e infravalorada
La dermatitis atópica (DA) es la enfermedad inflamatoria de la piel más frecuente. Afecta aproximadamente a 1 de cada 5 niños y entre el 3 % y el 7 % de los adultos. En su forma grave, impacta en todos los ámbitos de la vida: la concentración en el trabajo, el rendimiento escolar, las relaciones personales, la intimidad y el descanso nocturno.
- Más del 89 % de los pacientes sufren alteraciones del sueño.
- Aproximadamente un 30 % presenta síntomas de ansiedad o depresión.
- Según datos de AADA, el 44 % de los pacientes han buscado apoyo psicológico por su cuenta y el 66 % reconocen problemas de autoestima.
“La dermatitis atópica no es una simple erupción cutánea. Es una enfermedad crónica que genera un sufrimiento físico y emocional considerable. El diagnóstico precoz y un abordaje integral, que tenga en cuenta tanto los síntomas como la calidad de vida, son fundamentales”, señala el Dr. Vicente Expósito, dermatólogo del Hospital Taulí.
La voz de los pacientes
Marta Gutiérrez, de 31 años y residente en el Valle de Arán, es una de las protagonistas de la campaña. Convive con dermatitis atópica grave desde hace más de dos décadas:
“Hay días en los que la piel duele tanto que es imposible dormir o concentrarse en el trabajo. Pero lo más duro es la sensación de aislamiento. Para mí ha sido fundamental sentirme escuchada y comprendida por mi dermatóloga: saber que no estoy sola en este camino”, relata Marta.
Llamado a la sociedad
Con “Cuidar es también estar cerca”, AADA busca romper mitos, sensibilizar sobre la gravedad de la enfermedad y reivindicar el valor de la empatía como parte del tratamiento.