Columna de Opinión
Por Mariela González Salvia *
Cada 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, una fecha que invita a reflexionar sobre una enfermedad que trasciende la mera pérdida de la memoria y transforma la vida de millones de personas.
¿Cuáles son las consecuencias principales de esta enfermedad? ¿Cuál es la importancia de la detección temprana y el apoyo integral a pacientes y familias?
El Alzheimer es mucho más que olvido. Se trata de un deterioro progresivo de las funciones intelectuales que termina impactando en la salud física y en la calidad de vida del paciente y todos los que lo rodean”, explica la especialista.
Según la Asociación del Alzheimer (Alzheimer’s Association), esta enfermedad afecta a más de 300.000 argentinos. En el mundo, al menos 55 millones de personas viven con demencia, convirtiéndola en una crisis de salud global que requiere atención urgente.
Alcances
El Alzheimer comienza afectando la memoria, pero con el tiempo compromete otros aspectos de la vida del paciente como la movilidad, la nutrición, el sueño y el estado de ánimo, generando dependencia y fragilidad. Por eso, también es una enfermedad de impacto físico, social y emocional, con altibajos y una progresiva pérdida de lucidez.
Necesitamos hablar de Alzheimer no sólo como un problema médico, sino como un desafío colectivo. Cada diagnóstico involucra a la familia, al sistema de salud y a la sociedad en su conjunto.
El cuidador principal también es una figura profundamente afectada. El síndrome de sobrecarga del cuidador, o “del cuidador quemado”, es un estado de agotamiento y desborde que pueden padecer quienes cuidan a un ser querido y que se presenta de muchas maneras distintas. Los síntomas que suelen aparecer son problemas de concentración, insomnio, fatiga, angustia y depresión, entre otros. Por ello, es fundamental que tanto el personal de salud como los propios cuidadores puedan reconocer este síndrome, prevenirlo y tratarlo.
Factores de riesgo y prevención
El origen del Alzheimer se asocia a múltiples factores: edad avanzada, hipertensión arterial, diabetes, antecedentes familiares, bajo nivel educativo, hipoacusia, depresión y poca actividad física o mental aumentan el riesgo. Sin embargo, la prevención es posible. La detección temprana, la promoción de hábitos saludables y el apoyo a los cuidadores son pasos fundamentales para mejorar la calidad de vida de quienes conviven con esta enfermedad.Leer, estudiar, mantener la curiosidad intelectual, hacer actividad física y recreativa, y controlar factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes o la hipoacusia puede retrasar la aparición de la enfermedad.
Este Día Mundial del Alzheimer 2025, el mensaje es claro: prevenir, acompañar y visibilizar una enfermedad que afecta mucho más que la memoria. En un mundo acelerado y digital, caracterizado por el consumo de contenidos breves, veloces y superficiales, es necesario frenar y repensar qué estilo de vida es mejor para la salud de hoy y del mañana. Revisar hábitos, pausar en la vorágine diaria y trabajar la curiosidad son pequeñas acciones que pueden marcar la diferencia. Del mismo modo, una sociedad consciente y empática puede transformar la experiencia de quienes enfrentan esta enfermedad, brindando contención, información y recursos que trascienden la salud y llegan al corazón de las familias y comunidades.
*Especialista en Clínica Médica y Geriatría. Autora del Manual para familiares y cuidadores de pacientes con enfermedad de Alzheimer y otras demencias, publicado por la editorial de la Universidad y Hospital Italiano.