Acababa el partido en Riga y Alemania se proclamaba campeón del Eurobasket tras ganar a Turquía (83-88) en la gran final. Alemania sumaba a … su título mundial el europeo. El banquillo germano saltaba a la cancha para celebrar el título. El cuerpo técnico, con un Álex Mumbrú muy desmejorado (sufrió una pancreatitis aguda justo antes de empezar el torneo que le ha hecho perder ocho kilos en pocos días) a los mandos, se fundía en un emotivo abrazo. En ese staff de máxima confianza del técnico catalán estaba Roberto Molina.

El riojano es uno de los profesionales a los que el exjugador del Juventut y Real Madrid recurre cuando se dispone a afrontar una nueva aventura profesional. Ya lo hizo cuando tomó los mandos del Surne Bilbao y de nuevo en su nueva andadura como seleccionador alemán.

Molina ha ejercido de ‘performance coach’ o entrenador de rendimiento y como un miembro más del staff de entrenadores en este Eurobasket, aunque admite que todos han tenido que dar un paso adelante debido a la enfermedad de Mumbrú. «He tenido que trabajar mucho a nivel de pista, de activaciones, de ejercicios con jugadores, de análisis de equipos rivales… He tenido que tomar un poco más de protagonismo como entrenador ayudante», desvelaba.

«A pesar de todas las incertidumbres y los contratiempos que hemos tenido, hemos conseguido sacar el oro»

«Contamos con jugadores de mucho nombre, con un listón muy alto y aspirando a conseguir grandes cosas», adelantaba el logroñés a Diario LA RIOJA días antes de abrir el campeonato continental. El oro confirma que esas aspiraciones eran absolutamente legítimas y fundadas. Los germanos finalizaron invictos el torneo con el mejor juego del Eurobasket y en la final superaron a una Turquía a un alto nivel y en el que Alperen Sengun y Cedi Osman (28 y 23 puntos, respectivamente) complicaron mucho las cosas. «Fue un partido que se decidió en los últimos 50 segundos, de muchísima intensidad, de muchísima estrategia, de una calidad de baloncesto máxima a nivel europeo», analizaba Molina apenas unas horas después de colgarse la medalla.

Ahora bien, recordaba también las dificultades del camino: «Sí que el objetivo ha sido el deseado y mucho más que el deseado porque, a pesar de todas las incertidumbres y los contratiempos que hemos tenido, hemos conseguido sacar el oro. Alemania suma a su título de campeón mundial el de campeón europeo y se sitúa en el top mundial, muy arriba. Ha sido difícil porque hemos tenido jugadores lesionados, porque el torneo ha estado marcado por la enfermedad de Álex, que ha hecho que todos tuviésemos que hacer un esfuerzo extra por hacer que la estructura y el andamiaje que había montado se mantuviese en pie, haciendo parte de sus funciones ya que, aunque estaba con nosotros, no estaba en plenas facultades». «Por tanto –añadía–, lo he vivido con mucha intensidad, con mucha ilusión, con mucho aprendizaje, porque me ha tocado hacer cosas que no pensaba que me iban a tocar hacer».

«Me siento un afortunado por estar al máximo nivel, por conocer tantas experiencias y por, además, lograr ganar»

En ese equipo había primeras figuras europeas y mundiales, como Dennis Schroder, Franz Wagner, Daniel Theis o Isaac Bonga, pero Molina se muestra «muy agradecido. El grupo humano de jugadores me ha sorprendido gratamente por su humildad, disciplina, cercanía, seriedad… Son jugadores número uno mundiales y hacen que todo salga mejor».

De vuelta ya a Logroño para estar con su mujer y su niña, de apenas 6 meses, todavía dice sentirse «en una nube, aterrizando del sueño que es este Eurobasket». «Pienso en que he conseguido ganar el europeo con la U16 de España y con la U18, el Mundial con la U19, y ahora el Eurobasket con Alemania. Me siento un afortunado por estar al máximo nivel, por conocer tantas experiencias y tantos jugadores y tantas maneras de trabajar y por, además, conseguir ganar. Hay mucha gente que se tira toda la vida trabajando en esto y no consigue ganar nada», apreciaba satisfecho el técnico y preparador físico riojano.