El actor y director de cine ha fallecido este martes en su casa de Utah a los 89 años, según ha publicado el periódico New York Times, recogiendo un comunicado de su agencia de su representante, Cindi Berger, que ha comunicado que el deceso se ha producido mientras dormía, sin especificar una causa concreta. Redford es uno de los rostros más emblemáticos del cine de Hollywood de las últimas décadas.
Uno de esos intérpretes cuya presencia hacia que la pantalla palpitara en cuanto aparecía como demostró en títulos fundamentales de la historia del cine como El golpe o Todos los hombres del presidente. Suya es una de esas escenas para el recuerdo, de las que se quedan grabadas en la retina, el momento en el que su personaje lava el cabello a Meryl Streep en Memorias de África (1985), donde fueron dirigidos por Sidney Pollack creando un momento único.
Su apoyo al cine independiente hecho con factura le hizo, también, defenderlo con la creación del Festival de Sundance en 1980. Nació como centro de enseñanza para jóenes cineastas y acabó convirtiéndose en la meca del cine indie. Una sede donde comenzaron a despuntar directores como Paul Thomas Anderson o Quentin Tarantino. Un certamen que cogió su nombre de uno de sus personajes más míticos, el Sundance Kid de Dos hombres y un destino (1969), que protagonizó junto a su amigo Paul Newman.
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