Joao Almedia podría haber tenido un UAE más entregado en la Vuelta

Personalmente creo que no. El gran favorito, y a la postre ganador, Jonas Vingegaard, demostró estar un punto por encima  de Joao Almeida durante la Vuelta. Sin embargo, resulta innegable que, cuando Tadej Pogacar no compite, en el UAE Team Emirates afloran las ganas de brillar individualmente.

Y eso tiene consecuencias.

Matxin lo repite siempre: la clave de un equipo de este tamaño, con tantos corredores de primer nivel —muchos de ellos capaces de liderar cualquier otra escuadra del World Tour—, es encontrarles un espacio deportivo donde se sientan realizados y puedan seguir engrosando su palmarés.

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Esa filosofía es lógica e incluso necesaria para mantener la motivación en un bloque tan competitivo, pero al mismo tiempo genera un problema inevitable: cuando acumulas tanto talento, el embudo es real. Y eso fue exactamente lo que sucedió en la última Vuelta.

El UAE firmó un balance de victorias extraordinario: siete etapas en la Vuelta con Almeida segundo de la general.

Hubo un momento en la carrera en que habían ganado prácticamente la mitad de las jornadas disputadas. Entre ellas, destacan la contrarreloj por equipos inicial, los triunfos de Vine, Ayuso, Marc Soler y, por supuesto, el éxito de Joao Almeida en el mítico Angliru.

Sin embargo, mientras el palmarés se inflaba, la sensación era distinta: a menudo veíamos a Almeida aislado frente a varios corredores del Visma, lo que mermaba sus opciones de disputar la general con garantías.

La cuestión es clara: ¿cantidad o calidad?

El UAE lo tiene todo, pero en esta Vuelta pareció priorizar la primera sobre la segunda. El resultado fue un espectáculo arrollador en términos de victorias parciales, pero una estrategia menos contundente para apuntalar la clasificación general.

Y aquí entra de nuevo la comparación con Vingegaard. El danés, rodeado por un bloque compacto y disciplinado, supo manejar la carrera con una superioridad evidente. Su equipo no dispersó esfuerzos en buscar etapas a toda costa, sino que volcó la mayor parte de sus recursos en blindar el maillot rojo.

En ese escenario, Almeida, por muy sólido que se mostrara, no tuvo opción real de disputar la victoria final.

En definitiva, el UAE se va de la Vuelta con un balance brutal en términos de triunfos parciales, pero con la duda razonable de si un enfoque más centrado en Almeida habría cambiado la historia.

Tal vez no bastaba para batir a un Vingegaard intratable, pero sí para acercarse un poco más al podio más alto.

Imagen. Unipublic / Cxcling Creative Agency