Hay libros que te cambian la vida. Y luego están los de fantasía, que directamente te secuestran, te sacan del sofá y te meten de cabeza en mundos donde los mapas tienen más sentido que el metro de Madrid, donde un niño huérfano puede ser un mago, un ladrón, un rey o todo a la vez, y donde una espada puede valer más que una tesis doctoral. Pero entre todos esos libros —que son muchos y gloriosos— hay unos pocos elegidos. Los que, además de hacernos soñar, han arrasado en premios como si fueran Frodo lanzando anillos a la lava. Vamos con ellos. Los libros de fantasía más premiados de la historia.

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El Señor de los Anillos. J.R.R. TolkienLos libros de fantasía más premiados de la historia

Vale, empezar con Tolkien es trampa, pero es que no se puede hablar de premios sin mencionar la madre de todos los libros de fantasía. “El Señor de los Anillos” no solo es literatura con mayúsculas, es la piedra angular de todo un género. Votado mil veces como el mejor libro del siglo, del milenio y de la existencia misma. Si no lo has leído, no digas que te gusta la fantasía. En serio.

Harry Potter. J.K. Rowling

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Y de una madre pasamos a la saga que crió a media humanidad. Harry Potter no solo levantó castillos; también arrasó con todos los premios juveniles posibles: Nestlé, British Book Awards, Hugo, y más. Puede que lo hayas leído con 10 años o con 30, pero seguro que recuerdas la sensación de recibir la carta de Hogwarts… aunque no llegara nunca.

Canción de hielo y fuego. George R.R. Martin

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Antes de que HBO convirtiera todo en vísceras y dragones CGI, George R.R. Martin ya estaba matando personajes con estilo en papel. Su saga no ha dejado de cosechar premios literarios: Locus, Hugo, Ignotus, y todo lo que suene a prestigio. Pero lo que realmente le dio fue una legión de fans traumatizados.

Un mago de Terramar. Ursula K. Le Guin

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Poesía hecha fantasía. Ursula K. Le Guin no solo ganó premios, los dignificó. Su manera de hablar de la magia como algo íntimo, casi filosófico, convirtió su mundo en uno de los más especiales jamás escritos. Y sí, fue premiada con todos los honores que existen… pero lo mejor es leerla. Y entender.

El nombre del viento. Patrick Rothfuss

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Ya, todavía esperamos el tercer libro, pero ¿quién puede negar que El nombre del viento es una maravilla? Rothfuss escribió como si tuviera el alma hecha de música. Y eso le valió el Quill Award, una lluvia de críticas entusiastas y el cariño de millones. Y sí, seguimos esperando.

La rueda del tiempo. Robert Jordan

ruedawCatorce libros. Miles de personajes. Millones de palabras. ¿Premios? Muchos. ¿Fans? Legiones. Jordan no escribía libros, construía civilizaciones enteras. Su saga fue nominada para premios Hugo, Locus, y cuando murió, Brandon Sanderson tuvo que acabar la epopeya. Solo eso ya dice mucho.

Las Crónicas de Narnia. C.S. Lewis

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Un armario. Un león. Una niña con abrigo de piel. No hay infancia sin Narnia. C.S. Lewis ganó el Carnegie Medal y decenas de reconocimientos internacionales. Pero el premio real fue que generaciones enteras crecieran soñando con entrar en otro mundo por la puerta del ropero.

El archivo de las tormentas. Brandon Sanderson

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El niño mimado de la fantasía moderna. Brandon no escribe libros, hace malabares con sistemas de magia, filosofía y épica. Su serie ha ganado más premios de los que puedo enumerar sin aburrirte, pero te aseguro una cosa: si entras, ya no sales. Adiós vida social.

El Hobbit. J.R.R. Tolkien

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Sí, Tolkien otra vez. Pero es que El Hobbit es la entrada mágica al universo tolkieniano. Fue premiado en su día, pero lo importante no fue eso, sino que cambió la vida de todo aquel que lo leyó a los 12 años. O a los 40. O cuando tocó.

La historia interminable. Michael Ende

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Una fantasía que habla de la propia fantasía. Ende escribió una oda al poder de imaginar, y con ello ganó el corazón de lectores y premios por toda Europa. Si no lloraste con Atreyu, no tienes alma. Así de claro.

Conclusión:

Los libros de fantasía más premiados no lo son solo por votos o medallas. Lo son porque tocan algo en nosotros, nos sacan de lo gris y nos lanzan al color. Son libros que no se leen, se viven. Y cuando un libro hace eso… ¿qué más da cuántos premios tenga?