Asesino, un jurado ya dirá. Terrorista, no.
Luigi Mangione, de 27 años, encarcelado hace casi un año por la muerte de Brian Thompson, presidente de una gran aseguradora médica, y reconvertido por las redes sociales en un admirado justiciero, se apunta una victoria legal.
El juez Gregory Carro, que supervisa el caso, descartó este martes los cargos de terrorismo contra Mangione, que tenían todos los números de dejarlo en prisión para el resto de su existencia. Sigue estando imputado por asesinato, pero el juez consideró que son “legalmente insuficientes” las pruebas presentadas para avalar la acusación de mayor grado.
En su resolución, el juez Carro escribe que, aunque el asesinato no fue un crimen callejero común y corriente, el estado de Nueva York no puede considerar que fue un acto terrorista simplemente porque estuvo motivado por la ideología.
“Si bien el acusado de forma clara expresó su animadversión hacia UnitedHealthcare, y la industria de la atención médica en general, de esto no se deduce que su objetivo fuera intimidar y coaccionar a la población civil y no hay pruebas presentadas en ese sentido”, recalcó el juez en su escrito.
El magistrado añadió que tampoco se han presentado pruebas en las que se apunte que Mangione trató de influir o afectar las políticas del gobierno mediante la extorsión, otro elemento para hacer posible los cargos de terrorismo que solicitó Alvin Bragg, fiscal general de Manhattan.
Según Bragg, la imputación estaba justificada puesto que Mangione fue a por Thompson en Nueva York, en la zona de Times Square, al inicio de un día con gran presencia de ciudadanos y “la esperanza de crear un espectáculo que le ayudaría a difundir su mensaje”. Para el fiscal, consistió “en un asesinato aterrador, bien planificado, que tenía el objetivo de causar conmoción, atención e intimidación”.