«Las empresas preguntan dónde está el enchufe. Y ahora no lo tenemos». Con esta contundencia, el consejero de Industria, Mikel Jauregi, describió el pasado … febrero la saturación de la red eléctrica en Euskadi, un problema que amenazaba con cronificarse. Esa falta de capacidad ha golpeado en los últimos años la línea de flotación de un tejido productivo que se arriesgaba a perder 70.000 empleos si no se encontraba una solución de forma inmediata. Esta tensión, que llegó al extremo de que el lehendakari advirtiera que no acudiría a la Conferencia de Presidentes en Barcelona si el colapso energético no figuraba en el orden del día, se alivió este martes después de que el Ejecutivo autonómico arrancara al central el compromiso de incrementar en un 40% la capacidad disponible.

Jauregi regresa así de Madrid –tras reunirse con el secretario de Estado de Energía, Joan Groizard– con el aval del Gobierno central para incorporar unos 5.000 megavatios a la red eléctrica vasca en los próximos cinco años. Aunque la cifra se queda por debajo de los 6.000 que reclamaba Lakua, el Ejecutivo la presenta como «una inversión sin precedentes» que permitirá reactivar 117 proyectos y abrir la puerta al desembarco de una veintena de nuevas compañías.

La reunión con el Gobierno vasco ha sido la primera que el Ministerio que dirige Sara Aagesen mantiene con un Ejecutivo autonómico para abordar esta cuestión. Se ha producido, en cualquier caso, tras el ultimátum lanzado el pasado miércoles por el lehendakari, que dio diez días a Moncloa para dar una solución al colapso de la red eléctrica. Pradales, necesitado de un triunfo tangible en Madrid ante las dificultades para culminar antes de fin de año el traspaso de las transferencias pendientes del Estatuto –un compromiso asumido por el PSOE–, endureció entonces el tono al advertir que la propuesta «tendría que estar ya sobre la mesa». La exigencia cobró aún más relevancia después de que las eléctricas revelaran hace unos días que los nudos de Bizkaia y Álava estaban al 100% de su capacidad y que en Gipuzkoa apenas quedaba libre un 2%.

Jauregi puso especial énfasis en recalcar que «esta ampliación no es un regalo», sino «el fruto de una exigencia clara: que la planificación eléctrica del Estado se haga pensando en la industria». La fortaleza del entramado electrointensivo vasco ha sido, de hecho, el principal argumento esgrimido en las negociaciones para reclamar que, de los 33.000 megavatios que el Ministerio prevé liberar en su planificación hasta 2030, cerca del 15% se asigne a Euskadi. Lakua obtiene así la discriminación positiva que llevaba meses reivindicando y que ya desató en junio el enfado del presidente de Aragón, el popular Jorge Azcón, al considerarlo un «ataque directo» a su comunidad. Una protesta que, en el contexto actual de crispación política y con el PP levantado contra las concesiones de Sánchez a los nacionalistas, puede alimentar el discurso de agravio comparativo en otros territorios.

Consumo electrointensivo

Este refuerzo se materializará mediante la ampliación de la capacidad de transporte y evacuación en una veintena de subestaciones existentes, así como con la instalación de otras cuatro. Entre las ubicaciones previstas figuran nodos estratégicos del sistema eléctrico vasco como Aiara, Abadiño, Santurtzi, Jundiz, Ormaiztegi, Gojain y Gatika, puntos clave para habilitar capacidad de acceso para consumos electrointensivos.

El Gobierno central detalló este martes que en la elaboración de la nueva planificación se han recibido «muchas más solicitudes» de las que realmente pueden ejecutarse. Por ello, defendió que se ha optado por priorizar aquellos proyectos como la electrificación del Puerto de Bilbao, el despliegue de hidrógeno en el sector del refino y las aportaciones para grandes consumos industriales.