En el número 29 de la calle Apolonio Morales, en el madrileño distrito de Chamartín, se encuentra la sede de Fernández Molina. Esta constructora, especializada en restauración y rehabilitación de inmuebles, acaba de desbancar a todas las grandes firmas del planeta al conseguir la mayor puntuación registrada hasta la fecha del certificado LEED v5 Platinum, la última versión del sello más reconocido del mundo.
Con 96 puntos sobre 110, esta empresa familiar ha desbancado a la mismísima Torre Taipei 101, uno de los rascacielos más altos del mundo y referente mundial de la construcción ecológica. De hecho, son los grandes esqueletos de hormigón, acero y vidrio los que monopolizan las diferentes clasificaciones de los sellos de sostenibilidad. Una competida liga que a,hora, ha pasado a estar liderada por este pequeño edificio de Madrid.
Apolonio Morales 29 apenas suma 800 metros cuadrados. Fue construido en 2009 por Fernández Molina, que desde el principio tuvo claro un concepto energético integral del inmueble. Aquella visión le granjeó, ese mismo año, el reconocimiento con el premio a la mejor instalación geotérmica en el sector industrial y de servicios de la Comunidad de Madrid. Era solo el principio.
En los últimos cuatro años, Fernández Molina ha ido pisando firme con este proyecto, que se engloba en la categoría de operación y mantenimiento de edificios existentes, en el que ha trabajado de la mano de Savills, hasta conseguir hacerse con este top 1. Su primer gran reconocimiento llegó en 2021, cuando se convirtió en el primer edificio en Europa en conseguir la certificación Platinum bajo la anterior versión, la v4.1. Pero quería más.
Basta un pequeño vistazo al directorio de proyectos certificados por LEED para comprobar la hegemonía china e india en la versión v4.1, lo que puso más en valor la puntuación que logró el edificio de Fernández Molina. Con esos galones, en diciembre de 2023, el español fue preseleccionado para participar en el programa piloto de LEED v5 beta, que involucró proyectos de diversos sectores en todo el mundo, y que tenía como objetivo perfeccionar el sistema antes de su lanzamiento oficial.
El sistema de certificación LEED (Leadership in Energy and Environmental Design), desarrollado por el Green Building Council (consejo de construcción ecológica estadounidense), es el estándar de sostenibilidad más reconocido internacionalmente. Creado en 1999, periódicamente lanza nuevas versiones, con criterios perfeccionados, que hacen que cada nueva versión sea más exigente que la anterior.
La última, la LEED v5, salió oficialmente en abril y destaca por su tener su foco en la descarbonización. Además, incorpora cambios sociales, ambientales, financieros y legales, incluyendo el Reglamento de Taxonomía Europea. Por el momento, apenas 19 edificios de todo el mundo se han certificado bajo este estándar y, de ellos, trece con categoría platino, otros cuatro en el nivel oro y dos más en plata.
Apolonio Morales 29.
Uno de los signos diferenciales de Apolonio Morales 29 fue la construcción de un sistema de aparcamiento mecánico con 14 plazas en el patio trasero, que permitió activar la estructura del edificio como un sistema de intercambio de energía geotérmica. Además, la constructora aprovechó los forjados existentes para hacer un sistema de almacenamiento térmico para la climatización.
Para el éxito de este proyecto ha sido crítico que Fernández Molina tiene una filial, Eneres, centrada en monitorear de forma continua el desempeño energético del edificio, y que la propia constructora sea el inquilino del inmueble, factores que han facilitado cerrar el círculo.
Esta gestión integral se complementa con el uso racional del agua, la gestión sostenible de los residuos, la promoción del uso de vehículos eléctricos y la adopción de productos sostenibles, aspectos que han tenido un peso crítico a la hora de recibir la elevada nota de LEED.
Este reconocimiento es toda una tarjeta de presentación para esta constructora, fundada en 1969, y que desde sus inicios se ha centrado en la restauración de monumentos, la rehabilitación, la construcción de nuevos equipamientos y el mantenimiento de inmuebles. Entre sus últimos proyectos destacan la Residencias Mandarín Oriental de la calle Hermosilla de Madrid o el Hotel Palace.
En el número 29 de la calle Apolonio Morales, en el madrileño distrito de Chamartín, se encuentra la sede de Fernández Molina. Esta constructora, especializada en restauración y rehabilitación de inmuebles, acaba de desbancar a todas las grandes firmas del planeta al conseguir la mayor puntuación registrada hasta la fecha del certificado LEED v5 Platinum, la última versión del sello más reconocido del mundo.