Con luces y sombras, y con la convicción de seguir trabajando para pulir todos los aspectos del juego y construyendo un equipo. Así valora el técnico del Frigoríficos del Morrazo, Quique Domínguez, el debut liguero de los suyos, con una derrota ante el Ademar León certificada en los últimos cinco minutos de partido. «El resultado no debe taparnos los ojos porque hemos hecho cosas bastante positivas en todas las fases del juego», subraya, antes de pormenorizar alguna de ellas. «En la segunda parte estuvimos muy intensos en defensa, con una muy buena movilidad, con contactos duros con los oponentes…», manifiesta.

Eso sí, el preparador pontevedrés también es autocrítico y reconoce que «en algunos momentos del encuentro el ritmo no fue el que nos gustaría. Pudimos haber aprovechado mejor y haber salido más al contraataque». Con todo, el principal pero que le pone Domínguez a su equipo es la irregularidad y el haber aglutinado errores en determinados tramos del choque. «Fue un partido extraño, con mucha ida y vuelta, una montaña rusa», dice, además de apuntar cuestiones extrañas como que «entra un jugador y en la primera acción se le rompe la zapatilla, pérdidas más que evitables…». La sensación es que «en un día de mucha ilusión, para el que nos habíamos preparado mucho, lo intentamos pero fallamos demasiado en algunos momentos».

Demasiados errores

Lo cierto es que el Cangas no pudo aprovechar los tramos de partido en los que parecía flaquear su rival. Como en el último tercio del primer periodo, con un jugador más en pista, cuando acumuló tres acciones negativas, con dos pérdidas de balón y un gol anulado por pisar la línea. «Si sumamos el contragolpe que falla Santi, dos balones que se le caen a Manu de las manos y alguna acción más, son oportunidades que le estás dando al rival». Aún así, el Cangas nunca perdió la fe y fue capaz de mantenerse en partido hasta culminar la remontada a cinco minutos para el final del enfrentamiento (25-24).

«Esos minutos no los jugamos bien. Creo que ellos tienen jugadores con más experiencia, como Rodrigo Pérez Arce, Benites, el propio Saeid, con más temple para jugar esas acciones. Y nosotros, sumando todos esos pequeños errores, acabaron costándonos la posibilidad de al menos haber sumado un punto», señala el técnico pontevedrés.

El viernes, ante el Nava

Una de las claves recayó en la portería. Si bien la visitante tampoco tuvo una gran aportación, lo cierto es que para doblegar a un conjunto de la entidad del ademarista se echó en falta más ayuda de los metas. Domínguez no quiere personalizar y subraya que «esto es un juego de equipo. Ya sabemos la importancia que tiene la portería. Panjan es un recién llegado y no dudados de que nos va a ayudar mucho. El otro día no pudo ser, porque todos cometimos más errores de los que nos gustaría».

La defensa, en cambio, tuvo momentos de brillantez, especialmente en el segundo tiempo, mostrando además un amplio abanico de opciones para las posiciones más centrales. Comenzaron Quintas y Ludman, pero por allí pasaron también Pablo Castro, Samu Pereiro y Santi López, combinándose entre los cinco. «Si queremos mantener un ritmo alto necesitamos rotaciones constantes, y además, el plan de partido era ir moviendo en función de quién estaba delante», explica Domínguez, que asume que «el partido de Nava nos llega muy pronto [será este viernes a las 20 horas], pero hay que aprender cada semana y crecer como equipo».

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