Después del gran éxito logrado en el US Open, Carlos Alcaraz afronta un tramo de temporada en el que, tradicionalmente, no ha brillado. Desde que llegara a convertirse en profesional, allá por el año 2018, el español no ha terminado bien los cursos deportivos. De manera habitual, el murciano inicia el año muy enchufado y con gran tenis, pero cuando termina el último Grand Slam, las últimas semanas se le atragantan, una zona donde no siempre ha dado su mejor versión.

Sin embargo, esta temporada puede ser diferente. La mentalidad que está demostrando el número uno del mundo, sumada a su madurez deportiva, nos está permitiendo ver una versión más serena y adulta del tenista murciano. Se le ve serio en la pista, seguro, confiado y, sobre todo, tranquilo cuando los partidos se complican. La lectura de juego que está mostrando es menos visceral y más reflexiva…. y los resultados están ahí. Ya ha firmado el mejor año de su carrera.

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Abramos el debate: ¿ya está Alcaraz a la altura de las leyendas del tenis o su éxito todavía está cojo?

Rubén Rodríguez

Alcaraz tiene en sus vitrinas la friolera de 23 títulos de la ATP, entre los que se encuentran seis Grand Slam. Y este 2025 está siendo un año realmente increíble para él, pues ya ha levantado siete trofeos y, además, ha recuperado el número uno del mundo. Los datos asustan: ha jugado las ocho finales de los últimos ocho torneos en los que ha participado y solo ha perdido 6 partidos en todo el año. Y, lo que es más increíble, está en un estado de forma que le permite seguir soñando.

Estamos en el tramo final de temporada, precisamente en ese donde Alcaraz no puede presumir de haber levantado demasiados títulos. Pero viendo cómo llega, cómo está jugando y lo sobrio que es su tenis, puede poner el broche final a un curso para recordar. De momento, ya tiene 7 títulos —el año en el que más ha ganado— y ha ganado el 90% de los partidos que ha disputado —el mejor porcentaje de su carrera—. Y tiene por delante un final de año realmente atractivo.

Solo tiene 22 años, pero Alcaraz puede romper todo tipo de registros. Y, entre los más interesantes, está el de ser perfecto, es decir, ganar todos los grandes títulos del circuito al menos una vez. Ahí es donde, en este tramo final, el español tiene una brillante oportunidad: la Laver Cup, la Copa Davis, el Masters 1.000 de Shanghái, el Masters 1.000 de París-Bercy y las ATP Finals aparecen en el horizonte. Visto su estado de forma, no sería descartable que rascara alguno de ellos.

Si las lesiones le respetan y continúa al nivel de juego que lleva mostrando en los últimos meses, Alcaraz es candidato absolutamente a cada torneo en el que participa. Es cierto que es muy complicado ganar absolutamente todo lo que se juega, pero el español está destrozando todo tipo de registros a pesar de su corta edad. Es cierto que la superficie no es la que mejor se adapta a sus características, pero no es menos verdad que, ahora mismo, pocos jugadores pueden hacerle daño.

Alcaraz está solo a cuatro victorias de firmar el año con más triunfos de su carrera, donde un par de cambios han sido fundamentales a la hora de afrontar una temporada tan exigente. El primero, y más evidente, está relacionado con el saque: ha mejorado notablemente sus prestaciones al servicio, lo que le permite dominar muchos juegos y conseguir muchos puntos gratis; el segundo, la mentalidad, donde se ve a un jugador más concentrado y sin tantos bajones en su juego.

Ahora, llega el tramo definitivo de la temporada, con la Laver Cup como la próxima parada. Alcaraz tiene en sus manos seguir haciendo historia en una temporada de ensueño y, además, tratará de acabar el curso como el número uno del mundo. Tiene cinco balas por delante para gastar en cinco torneos en los que todavía no ha sido capaz de levantar el título. ¿Conseguirá ampliar su palmarés antes de que acabe el año? Nadie en su sano juicio apostaría un solo euro en contra.

Después del gran éxito logrado en el US Open, Carlos Alcaraz afronta un tramo de temporada en el que, tradicionalmente, no ha brillado. Desde que llegara a convertirse en profesional, allá por el año 2018, el español no ha terminado bien los cursos deportivos. De manera habitual, el murciano inicia el año muy enchufado y con gran tenis, pero cuando termina el último Grand Slam, las últimas semanas se le atragantan, una zona donde no siempre ha dado su mejor versión.