La ganadería de Jandilla siempre ha sido de las preferidas por las figuras del toreo, por su docilidad y en muchas ocasiones por su bravura, pero la de ayer, no fue brava y docilidad tuvo siempre y cuando no se le intentase someter por abajo, pues se volvían protestones y difíciles de torear. Una corrida que, siguiendo la tónica general de esta feria, salvo excepciones, no tuvo ninguna gracia, y los toreros le cortaron dos orejitas solitarias porque pusieron voluntad, pero poco más y además, el público de nuestra plaza está en un tono amable que da que pensar. No se trata de ser más papistas que el papa, pero hay que tener el conocimiento justo para disfrutar y a la vez saber lo que está pasando en el ruedo.
Las cuadrillas, estuvieron en una tónica buena en general, como viene siendo habitual en esta y casi todas las ferias. Siempre hablamos de la gran preparación de picadores y banderilleros y, salvo raras excepciones, se les está dando una lidia impecable, se les está picando con mesura, pero sin dejarlos crudos, bien cogidos y con las cuerdas metidas antes de que ofrezcan dificultades, por lo que lo que ocurra después, ya no es debido a una mala lidia, sino a las condiciones innatas de los animales. Mal año para los toros de lidia, pero siempre tendremos la esperanza de que el último día los Victorinos nos dejen un sabor de boca dulce para recordar algo bueno el resto del año.
Ayer los picadores fueron breves y efectivos. Javier García le metió las cuerdas rápido al primero, y de propina se llevó un picotazo del de la puerta, por «golismero», pues no tenía nada que hacer allí. José Antonio Barroso lo agarró muy bien al tercero, que se le vino de lejos, cogiéndolo a la primera y aguantando la embestida abajo de Velador, mientras que José Manuel García midió al cuarto con un breve puyacito. El quinto quería quitarse el palo cuando lo sintió, pero para entonces, Juan Bernal ya le había metido las cuerdas y se fue con su puyazo y Rubén Sánchez cogió muy bien al sexto que empujó abajo. Tampoco necesitó la corrida de ayer mucho más castigo en varas y lejos quedan aquellas peleas en varas de toros con empuje y encastados, que necesitaban un gran puyazo largo, aunque también hay que decir que hace 20 o 30 años, ni los picadores tenían esta pericia ni los caballos estaban tan bien domados. Buenas lidias de Caricol al primero, Abraham Neiro al segundo, Sergio Blasco al tercero, Juan Manuel Pérez al cuarto, Morenito de Arles al quinto y revuelta al sexto, todos con suavidad y pocos capotazos. En banderillas, destacar a Fernando Sánchez en los dos toros de Rufo, que saludó con Revuelta tras el tercero, tres buenos pares de Juan Manuel Pérez y Arruga en el primero, quien junto con Caricor brillaron en el cuarto, al igual que Neiro en el quinto y Sergio Blasco con Fernando Sánchez en el que cerró plaza.