El Barça se reencuentra este jueves (20:45 CET) con el Magdeburgo alemán, vigente campeón de Europa, en la segunda jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, en un clásico europeo con cuentas pendientes tras la eliminación del conjunto azulgrana en semifinales de la última Final a Cuatro con un gol del extremo alemán Tim Hornke sobre la bocina (30-31).

Y es que, más allá de esa derrota, que le arrebató al Barça la posibilidad de pelear por su decimotercera Liga de Campeones, la historia reciente frente al Magdeburgo no le resulta favorable: desde que el técnico Carlos Ortega asumió las riendas del banquillo en 2021, el conjunto azulgrana ha encajado seis derrotas en ocho enfrentamientos.

Además, entre esas derrotas se han disputado títulos importantes: dos semifinales de la Champions (2023 y 2025) y dos finales del Mundial de Clubes (2021 y 2022), lo que añade un peso extra a la rivalidad y deja claro que, pese a que la competición acaba de empezar, en este duelo habrá mucho más que dos puntos en juego.

Consciente de ello, el conjunto azulgrana sabe que deberá rozar la perfección, como hizo en la primera parte del debut ante el GOG danés, la cual cerró con porcentajes de acierto en el lanzamiento cercanos al 90%.

Sin embargo, deberá aprender de la segunda parte, en la que perdió fluidez en ataque, se relajó en defensa y se vio superado por un parcial adverso que apretó el marcador hasta el 37-32 final.

La regularidad, en el punto de mira

Las dudas sobre la regularidad competitiva del equipo que dirige Carlos Ortega son un filón que querrá aprovechar el Magdeburgo, que llega al Palau lanzado tras un arranque perfecto de nueve victorias consecutivas —cuatro en pretemporada y cinco en competición oficial— que le permiten liderar tanto la Bundesliga como el Grupo B de la máxima competición continental de clubes.

Un rival de altura que llega invicto desde hace seis meses —28 victorias y un empate, en la ida de cuartos de final de la Champions ante el Veszprem húngaro—, y que este verano ha mantenido a todo su bloque principal, el mismo que le llevó a conquistar la gloria europea por quinta vez en su historia.

Fiel a un estilo basado en ataques largos y en el excelente uno contra uno de su primera línea, con Gisli Kristjansson, Felix Claar y Omar Magnusson como grandes referentes, el conjunto dirigido por Bennet Wiegert llega a Barcelona sin su mejor defensor: Magnus Saugstrup.

El pivote danés, reconocido por la Federación Europea de Balonmano (EHF) como el mejor defensor en las dos últimas temporadas, se perderá el duelo de este jueves por problemas en el brazo, una baja sensible que el Barça deberá aprovechar sin su referente ofensivo Dika Mem.

El capitán azulgrana, que ya se perdió el estreno europeo, continúa recuperándose de una lesión muscular en los isquiotibiales de la pierna derecha, por lo que sus compatriotas Timothey N’Guessan y Ludovic Fàbregas, junto al esloveno Domen Makuc, deberán asumir la responsabilidad de intentar romper la sólida defensa del conjunto alemán.

En portería, el duelo entre los dos mejores guardametas de la pasada campaña – Emil Nielsen, que registró un 32,11 % de eficacia bajo palos, y el español Sergey Hernández, con un 31,74 % de efectividad – promete ser uno de los grandes atractivos del choque.

Tras un fin de semana marcado por el regreso a la competición doméstica con una victoria contundente ante el recién ascendido Horneo Eón Alicante (24-37), Carlos Ortega ha citado a 15 jugadores del primer equipo, con la única baja del lateral Dika Mem, por lesión, y del pivote Antonio Bazán, por decisión técnica.