LaVuelta 2025 terminó sin el paseo triunfal en Madrid, pero con una imagen que quedará grabada en la memoria: Matthew Riccitello, vestido de blanco, celebrando junto a sus compañeros el primer maillot de la historia del Israel-Premier Tech en una gran vuelta. El estadounidense, quinto en la general y mejor joven, abría un capítulo inédito para la escuadra nacida en 2018. Sin embargo, esa fotografía, tomada en un aparcamiento improvisado tras la cancelación de la última etapa, simboliza también las paradojas de un equipo que pedalea siempre entre la gloria deportiva y la tormenta que le rodea.
El conjunto de Sylvan Adams encara el final de curso con un calendario abundante: Valonia, Emilia, París-Tours, Tres Valles Varesinos o la Japan Cup en Japón serán algunas de sus paradas antes de bajar el telón de 2025. Carreras de segundo rango, en las que su presencia no depende tanto de las normas de la UCI como de la voluntad de los organizadores. Aun así, el equipo mantiene su hoja de ruta con determinación, convencido de que la mejor forma de responder es seguir compitiendo.
Una imagen para la historia después de la ronda española.
La trayectoria deportiva ofrece un contraste llamativo. Este año, Israel-Premier Tech ha firmado sus mejores números: 52.000 euros en premios en LaVuelta, un sexto puesto entre las escuadras más rentables de la carrera y el orgullo de haber subido por primera vez a un podio en Giro, Tour o Vuelta. Un éxito que se suma a sus siete victorias parciales en grandes vueltas y que marca un hito en una historia aún breve, pero intensa.
El futuro, sin embargo, asoma cargado de interrogantes. A partir de 2026, la estructura volverá al WorldTour bajo el nombre de Premier Tech. Ese salto no es un simple cambio de categoría: significará estar obligados a participar en todas las grandes citas del calendario, sin posibilidad de elegir. Itzulia, Klasika Donostia y otras pruebas del País Vasco, donde en 2025 no estuvieron presentes, volverán a contar con su presencia. El regreso a ese escenario, tan exigente como apasionado, marcará sin duda una de las grandes incógnitas de la próxima temporada.
En medio de la polémica de LaVuelta donde la organización le pide al equipo que se vaya de la carrera para «garantizar la seguridad», los israelíes compitieron este jueves con algún sobresalto y con MARCA presente dentro del coche.
Mirando al futuro
En paralelo, el equipo afronta una reconstrucción de nombres. Riccitello partirá rumbo al Decathlon francés, Derek Gee y Jakob Fuglsang ya han tomado otros caminos y Chris Froome, leyenda de este deporte, se despide lentamente de la competición tras su grave lesión. La gran apuesta está en ciernes: el fichaje de Biniam Girmay, que podría convertirse en el nuevo faro de un proyecto que busca tanto resultados como estabilidad.
Israel-Premier Tech vive en esa frontera difusa entre el éxito deportivo y la polémica que le persigue más allá de la carretera. Mientras tanto, su realidad es la de un equipo que sigue ganando, que busca reinventarse y que pedalea hacia un 2026 que puede ser tan prometedor como incierto. Porque pocas veces un maillot blanco ha pesado tanto como el que levantó Riccitello en Madrid.