Barcelona será la Capital Mundial de la Arquitectura desde el día de santa Eulàlia (12 de febrero) hasta el día de santa Llúcia (13 de diciembre) de 2026, y durante esos 10 meses la ciudad, toda la ciudad, se llenará de exposiciones, rutas, ciclos de conferencias, talleres, etcétera que «explicarán a la gente la importancia que la arquitectura y el urbanismo tienen en sus vidas», dijo Jaume Collboni, alcalde de Barcelona, en la presentación del avance del programa, este miércoles en la antigua sede de la editorial Gustavo Gili.

En total habrá más de 200 propuestas que darán lugar a más de 1.500 actividades. Collboni subrayó que se trata de un programa «coral» elaborado de «abajo arriba», en el que ha participado «todo el ecosistema» barcelonés de la arquitectura, el urbanismo, el paisajismo y el diseño: 170 escuelas, universidades y entidades profesionales y culturales han presentado iniciativas.

De izquierda a derecha, Iñaqui Carnicero, Jaume Collboni, Sílvia Paneque y Maria Buhigas, en la presentación del avance del programa de Barcelona como Capital Mundial de la Arquitectura en 2026

De izquierda a derecha, Iñaqui Carnicero, Jaume Collboni, Sílvia Paneque y Maria Buhigas, en la presentación del avance del programa de Barcelona como Capital Mundial de la Arquitectura en 2026 / Ricard Cugat

11 millones

El presupuesto es de 11 millones de euros, aportados de manera equitativa por el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat de Catalunya y el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, las tres administraciones que impulsan la capitalidad arquitectónica de Barcelona en 2026. A la que la ciudad accedió de manera automática al ser designada para acoger el Congreso Mundial de Arquitectura de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA), cita profesional que se celebrará del 28 de junio al 2 de julio.

Entre la decena de exposiciones confirmadas destacan la de una nueva maqueta de Barcelona de 11 por 9 metros (escala 1:1.500) y las dedicadas a Nicolau Maria Rubió i Tudurí, los 125 años de premios de arquitectura en Barcelona, la relación entre la obra de Picasso y la arquitectura y Josep Maria Jujol, la primera muestra sobre el arquitecto modernista después de que su familia donara su fondo al Col·legi d’Arquitectes de Catalunya y al Museu Nacional d’Art de Catalunya.

Fuera del circuito

La asociación 48h Open House Barcelona pondrá en valor con visitas guiadas el patrimonio arquitectónico, social y urbanístico de Nou Barris, Sants-Montjuïc y Sarrià-Sant Gervasi, distritos fuera del circuito cultural habitual de Barcelona, mientras que ‘Catalunya open wood’ mostrará edificios ejemplares construidos con madera en toda la autonomía.

Cada mes, uno de los 10 distritos de la ciudad será el espacio de referencia de la Capital Mundial de la Arquitectura. En cada distrito se rehabilitará una pared medianera, «una transformación aparentemente menor pero que tiene un impacto enorme», señaló Maria Buhigas, arquitecta jefa de Barcelona.

Sociedad más consciente

Las 10 paredes medianeras rehabilitadas, fruto de un concurso internacional, serán parte del legado físico que dejará el acontecimiento en la capital catalana. No obstante, la aspiración es dejar un legado inmaterial mucho más potente. «Lo más importante es dejar una sociedad más consciente de la importancia de la arquitectura», indicó Iñaqui Carnicero, secretario general de Agenda Urbana, Vivienda y Arquitectura del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana. Desde los puntos de vista «económico, social y medioambiental», añadió.

Sílvia Paneque, consellera de Territori, Habitatge i Transició Ecològica de la Generalitat de Catalunya, añadió un matiz relevante en el contexto de ‘boom’ migratorio que vive Catalunya: «La arquitectura es un mecanismo de inclusión» y debe estar pensada para la «convivencia cívica».

Gaudí y Cerdà

Con Barcelona como Capital Mundial de la Arquitectura en 2026 coincidirán el centenario de la muerte de Antoni Gaudí y los 150 años de la muerte de Ildefons Cerdà. Casi una alineación de astros. Esperen sinergias.

Collboni quiso dejar claro que la mirada de la capitalidad será más al futuro que al pasado, en concreto al horizonte 2035, con una Barcelona «en trasformación» en la Zona Franca, en el litoral, en la Sagrera y en Montjuïc, y con los retos marcados por la crisis de la vivienda, el cambio climático y la movilidad a superar. A diferencia de 1992 (Juegos Olímpicos) y 2004 (Fórum Universal de las Culturas), por no ir más atrás, no es un evento internacional el motor de la transformación, remarcó.

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