En agosto le eligieron en la IHF como el mejor jugador del Mundial juvenil, en el que España acabó subcampeona en el campeonato disputado en Egipto. El viernes pasado Marcos Fis (18) debutaba en la Liga Asobal, y aunque había despertado expectación superó las previsiones más optimistas: 10 tantos en 28 minutos en la pista.

“Yo también me sorprendí, pero veía posibilidades de lanzamiento, y entraban. Empezar con diez tantos está muy bien, pero eso no va a ocurrir en todos los partidos, aunque ojalá, pero una media de cinco goles ya estaría muy bien”, admite este juvenil que, de entrada, ya se ha ha ganado el reconocimiento generalizado.

“Mis compañeros me permitieron lanzar, me pasaron el balón en buenas posiciones; la lástima fueron los dos contragolpes que fallé. Pero bueno, muy orgulloso de marcar 10 de 14 lanzamientos y sin tirar penaltis”, razona, aunque asume que a partir de ahora “será más difícil porque los rivales te estudian”.

No empezó de titular, ni la primera ni la segunda mitad: “El lateral derecho lo compartimos Pablo Urdangarín y yo, y fue una mitad de partido para cada uno, casi con cambios de reloj. Nos llevamos bien y no nos importa compartir”, comenta Marcos, que forma con su compañero un tándem con apellidos evocadores el balonmano. “El padre de Pablo, Iñaki, tiene un historial increíble en el Barça; el mío fue un goleador imparable. A ver si se nos da como a nuestros padres”, comenta Marcos.

Al finalizar el partido, que el Granollers ganó al Puente Genil, Antonio Rama, su entrenador, le felicitó y le pidió que siga “así, entrenando duro para jugar bien”. Y ya está en 92 kilos, “un peso que permite aguantar choques duros”.

Julio Fis, el padre, considera que su hijo es una réplica mejorada de lo que fue él: “Yo era un goleador, con una media de ocho o nueve goles por partido (metió 500 en dos temporadas en Valladolid), pero Marcos tiene más facilidad que yo para sumar tantos”.

Julio, el hermano cadete

Destaca “la manera peculiar del lanzamiento”, y reconoce Julio que, en lo que Marcos le da mil vueltas “es en la penetración con finta, por lo rápido y coordinado que es. Si mantiene la progresión, ahí hay jugador para España”.

De momento, padre e hijo no hablan de Julito, de edad cadete, que ha debutado en Primera División marcando siete tantos como central, y el lunes fue a una concentración de talentos a Sierra Nevada, con Jordi Ribera. A Marcos, por edad y posición, se le compara con Faruk Yusuk, nigeriano cedido por el Kielce que estuvo dos años en el Granollers: “Comprendo la comparación, pero somos diferentes; el es un gran tirador; a mi me gusta penetrar”.

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