Jueves, 31 de octubre 2024, 00:57
Las artes marciales mixtas (MMA, por sus siglas en inglés) se han consolidado como uno de los espectáculos deportivos con más tirón de la actualidad, gracias al empuje de su principal empresa promotora, UFC, y al carisma de algunas de sus figuras. En España esa bandera la enarbola Ilia Topuria, español de origen georgiano que acaba de revalidar su título de campeón mundial en la categoría de peso pluma, y convertido en uno de los deportistas más populares del país en estos momentos.
Topuria (Halle, Alemania, 1997) es una figura carismática que arrastra seguidores, se rodea de otros famosos deportistas, y ha conseguido llegar a la cumbre de las MMA. Ese ascenso a lo más alto de este deporte ha ido paralelo a una creciente y metódica trayectoria como inversor en distintos negocios.
Lógicamente, sus victorias en los últimos años le han reportado notables ganancias. En el combate celebrado el pasado sábado en Abu Dhabi ante Max Holloway por el cinturón de la UFC de los pesos pluma, Topuria se embolsó entre uno y tres millones de dólares.
El dinero se repartió de la siguiente forma: en concreto, 750.000 dólares (unos 695.000 euros) fueron sólo por hacer acto de presencia, según el portal ‘Sporty Salaries’; el triunfo le reportó 100.000 dólares adicionales (unos 93.000 euros); y los otros 42.000 dólares (39.000 euros) fueron por llevar la vestimenta oficial de la UFC, que luce sus correspondientes patrocinadores. Y aunque todas estas cifras no son oficiales, es posible que Topuria se llevara también al menos uno de los premios colaterales que suelen dar lustre a la competición: la mejor actuación, o la mejor finalización (KO) de la velada.
Los luchadores, además de cobrar por los méritos deportivos, también facturan por los derechos televisivos. Se suelen embolsar un porcentaje en concepto de ventas de Pago Por Evento (PPV) del espectáculo y esta cifra fue lo que disparó el beneficio de Topuria en su pelea ante Holloway. En total, los ingresos de Topuria por ganar el campeonato se sitúan en una amplia horquilla de entre 1 y 3 millones de dólares.
Un buen pellizco que sumar a lo ganado desde que irrumpiera en la élite de las artes marciales mixtas, hace aproximadamente cuatro años, cinco después de su debut profesional.
Moda, telefonía… los negocios de Topuria fuera de la UFC
Pero, además de la UFC, Topuria tiene grandes inversiones en el mercado, tal y como confesó en una entrevista reciente en ESPN Estados Unidos. Y, como mandan los cánones de la inversión responsable, ha depositado sus ganancias en distintos cestos aunque, confiesa, «no invierto en nada que no conozca y donde no tengo control. Me gusta invertir en mi marca».
Uno de los negocios en los que participa como accionista principal es Oblack Caps, firma de ropa deportiva que fundamentalmente comercializa gorras, chándales y sudaderas de diseño exclusivo.
Su última aventura empresarial lleva el nombre de KEIO. Se trata de una firma que pretende combinar las telecomunicaciones con un estilo de vida saludable. No sólo vende servicios de telefonía móvil y fibra, sino también una ‘app’ relacionada con la actividad física: incluye un entrenador personal o acceso exclusivo a gimnasios.
Además, muchos patrocinadores han apostado por el campeón hispano-georgiano: Venum (ropa de deportes de combate), Future Alkaline Water (agua alcalina), Sony Pictures, y Webpositer, una agencia de marketing ‘online’.
También es accionista de The Way of the Warrior (WOWFc), una especie de UFC a la española para «ayudar a todos los luchadores españoles a seguir creciendo en su deporte», ha confesado el propio Topuria.
Poco a poco el patrimonio de ‘El Matador’, como así se le conoce en el mundillo de las MMA, va creciendo. Y aunque ninguna publicación especializada, como Forbes, ha realizado cálculo alguno, el propio Topuria ha ido dando pistas. En abril de 2023 confesó en el programa ‘La Resistencia’ de David Broncano ganar «entre 60.000 y 100.000 euros al mes, ganados a pura hostia, y entre un millón y un millón y medio de euros en el último año».
Y así, hostia a hostia, patrocinio a patrocinio, inversión a inversión, aquel chaval que llegó a Alicante con 15 años, que trabajó como ‘segurata’ y cajero de diversos comercios ante de aterrizar en las MMA, se ha hecho un nombre dentro del octágono de combate, y un patrimonio fuera de él.
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