84 – CÁCERES PATRIMONIO: Nico Marina(3), Álvaro Palazuelos (10), Matteo Strikker (10), DJForeman (2), Wildens Leveque (22) -cinco inicial- Albert Lafuente (10), Patrick Lima (8), Juan Santos (7), Luis García (0), Alex Mazaira(12), Jonatao Ndjungu (0).

80 – STARLABS MORÓN: Zion Williams (8), Sidney Correia(9), Javi Marín (1), Antonio Burgos (9), Souleimane Chabi (6) -cinco inicial- Alo Marín (11), José Alberto Jiménez(10), Gonzalo Fernández (5), Álvaro Herrera (12), Volodymir Orlov(2).

MARCADOR POR CUARTOS: 16-22, 46-40 (descanso), 67-62 y 84-80 (final).

Acumuló el Cáceres Patrimonio de la Humanidad otro de esos triunfos que suman más en lo anímico que en lo práctico. Superó por 84- 80 en el torneo que lleva su nombre, y que alcanzaba ya la trigesimosegunda edición, al Starlabs Morón, un equipo recién descendido a Segunda FEB con el que quizás en el futuro se juegue las castañas del ascenso.

El conjunto que esta temporada dirige Jacinto Carbajal está empezando a ser muy reconocible, y eso que queda muchísimo trabajo por hacer y multitud de aspectos por pulir. Pero emite muy buenas señales, como ocurrió el pasado sábado ante otro equipo de su misma competición, el Spanish Basketball Academy, en la Copa España.

Y eso que, al igual que ese día, su puesta en escena resultó muy floja. Es el primer ‘pero’ que hay que poner: por ahora le está costando al Cáceres entrar en los partidos. Cierto que, cuando lo hace, se aferra a ellos de forma admirable, basado en una muy deseable solidaridad entre sus jugadores.

Es esta, al contrario de lo que ha pasado casi desde tiempo inmemorial, una plantilla muy física, con componentes que aúnan la actitud -algo imprescindible para cualquier objetivo en la vida- con el atleticismo.

Y es que tras ese arranque excesivamente dubitativo (10-22, min. 8), el Cáceres empezó carburar a base de proteger su aro. Wildens Leveque sumó 22 puntos y 12 rebotes en 24 minutos y a ver si no vuela antes de que acabe la temporada, pero otros también ayudan muchísimo en labores secundarias y menos lucidas.

Fue con esa premisa con la que el anfitrión se marcó un segundo cuarto realmente espectacular, dándole la vuelta en el marcador con un parcial de 30-18 en esos diez minutos para alcanzar el descanso con 46-40.

Segunda parte

La hoja de ruta para que el trofeo se quedase en casa estaba marcada: defender y buscar canastas sencillas en transición, a sabiendas de que el juego en estático a estas alturas no puede ser muy fluido. Morón, que también tiene un equipo con mucho músculo, se agarró como pudo a sus posibilidades, pero no consiguió acercarse lo suficiente y encaró el último cuarto con una desventaja muy similar a la que arrastraba al intermedio (67-62).

Los (escasos) espectadores casi preferían un final apretado que uno en el que su propio equipo se escapase definitivamente. Así es que la incertidumbre se mantuvo porque fueron minutos en los que al Cáceres pareció faltarle el aliento. Sin embargo, y esa es otra gran lección de la noche, posee determinados jugadores a los que se les puede dar el balón y no se van a esconder, fallen o acierten después. La tranquilidad desde la línea de los tiros libres cerró un choque al que solo le faltó que Luis Parejo, un auténtico histórico en el Cáceres Patrimonio, hubiese podido jugar con el Morón, su actual equipo. Una lesión se lo impidió, pero en la liga se le espera. n

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