La esclerosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad rara neurodegenerativa que afecta a más de 4.000 personas en España, con una incidencia de aproximadamente 900 nuevos casos al año. La incidencia y edad de diagnóstico se sitúa en torno a los 50 años. Este martes se ha presentado tofersen -bajo el nombre comercial de ‘Qalsody’-, el primer tratamiento autorizado en la Unión Europea desde 1996 dirigido para una forma genética de la enfermedad.

Desarrollado por Biogen, fue incluido en la financiación pública por parte del Ministerio de Sanidad el pasado mes de mayo. Está indicado para aquellos pacientes con una mutación en el gen SOD-1, que supone la segunda causa más frecuente de ELA genética y representa un 2% de los casos. La aprobación sitúa a España como uno de los primeros países europeos en contar con la disponibilidad de este fármaco en su financiación pública.

Enfermedad neurodegenerativa

«La esclerosis lateral amiotrófica es una enfermedad neurodegenerativa rara y progresiva, que provoca la pérdida de neuronas motoras superiores e inferiores y de sus axones. Es decir, es una enfermedad de las motoneuronas, que son las células nerviosas que actúan como mensajeras entre el cerebro y los músculos», señala la doctora Mónica Povedano, jefa de la Unidad Funcional de Enfermedad de Motoneurona del Servicio de Neurología del Hospital Universitari Bellvitge de Barcelona.

La enfermedad, recuerda la especialista, conduce a la pérdida progresiva de masa muscular, fuerza y función de los músculos de la cabeza, el cuello, músculos respiratorios y de las extremidades y, en última instancia, a la muerte por insuficiencia respiratoria en una media de 3-5 años desde el diagnóstico de la enfermedad. «Sin embargo, se trata de una enfermedad muy heterogénea, con pacientes que fallecen en menos de un año desde el diagnóstico y otros que sobreviven más de 10 años», añade.

Mutación de un gen

En la ELA-SOD1, los pacientes presentan una mutación en el gen SOD1, que se encarga de codificar la enzima superóxido dismutasa, relacionada con la eliminación de radicales libres de oxígeno. Esta mutación conduce a la producción de una forma tóxica de la proteína SOD1 que se acumula en las motoneuronas y genera su destrucción, desencadenando la enfermedad. El nuevo tratamiento logra unirse a la secuencia de ARN mensajero, haciendo que la proteína SOD1 se produzca en menor cantidad y de forma funcional. Es decir, no tóxica, explican desde el laboratorio.

La seguridad y eficacia de este nuevo tratamiento- que se administra una vez al mes, vía intratecal (punción lumbar)- ha sido demostrada por el estudio VALOR (en fase III, con duración de 3 a 7 años), que estudia la seguridad y eficacia de este tratamiento. Esta investigación contó con la participación de 108 pacientes (aleatorizados 2-1 a recibir tofersen o placebo respectivamente) y arrojó resultados de mejora a partir de la semana 28. Con una reducción del 64% -67% del valor de neurofilamentos (biomarcador de neurodegeneración) a la semana 148 y una reducción de SOD1 desde la semana 12.

En la semana 148, detalla Biogen, aproximadamente el 25% de los pacientes experimentaron una mejora en la funcionalidad y/o en la fuerza. En concreto, se produjo un cambio de 3,6 puntos en la escala que determina el estado clínico de la enfermedad y mide la funcionalidad del paciente, su capacidad respiratoria y fuerza motora (ALSFRS-R). La misma establece valores que van de 0 a 48, donde 0 es el peor estado posible y 48 el mejor, en base a 12 preguntas sobre diferentes habilidades y funciones.

En los ensayos clínicos se ha observado una eficacia en todos los criterios de valoración primarios y secundarios clave respecto a la escala ALSFRS-R. Es decir, la capacidad respiratoria y funcional, así como la fuerza muscular del paciente, la medición de neurofilamentos y la cantidad de proteína SOD1 identificada.

Otros estudios

Además del estudio VALOR en pacientes con ELA con mutación SOD1 se está llevando a cabo otro estudio, el ensayo clínico ATLAS que está evaluando la seguridad y eficacia de este tratamiento en pacientes portadores de la mutación en el GEN SOD1 que todavía no muestran manifestaciones clínicas de la enfermedad.

Presentación del nuevo tratamiento

Presentación del nuevo tratamiento / Biogen

Los principales efectos adversos relacionados con la terapia están ligados a la forma de administración. El 6,8% sufrió un efecto adverso considerado grave y la mayoría decidieron continuar recibiendo la terapia. Estos fueron mielitis (2,7%) radiculitis (1,4%), meningitis aséptica y papiledema (2,7%), concluye el laboratorio.

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