Miércoles, 17 de septiembre 2025, 17:50

La arquitectura moderna se desarrolló durante las décadas centrales del siglo XX con el diseño y la eficacia como pilares y apostando por el uso de materiales como el hormigón, acero y vidrio, según expertos en la materia.

Para no olvidar el valor de esas construcciones, defenderlas de posibles derribos y ponerlas en valor, la delegación vizcaína del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro, colocará este año la placa Docomomo a dos inmuebles significativos de la costa; el batzoki de Bermeo y el edificio Esperanza y Cía, de Markina.

«Constituye una llamada de atención sobre el patrimonio del siglo XX, cuya fragilidad requiere especial atención», señalaron desde la Fundación internacional del mismo nombre que este año instalará 30 placas y que fue creada en 1990 con el objetivo de inventariar, divulgar y proteger los edificios paradigmáticos de la arquitectura moderna.

El primer reconocimiento tendrá lugar la jornada del martes día 7 en Markina (17.30h) con un acto en el que se visibilizará el valor de un destacado ejemplo del racionalismo y art déco en la arquitectura industrial vasca, diseñada por Castor Uriarte. El edificio que acogió la antigua fábrica de armas Esperanza y Cía, está considerada como una de las primeras obras del racionalismo en Bizkaia.

«Aleros de pequeñísimo canto, cubiertas planas, grandes superficies acristaladas, además de mirador y balcón semicircular con barandilla de simple diseño lineal que remarca la horizontalidad son elementos que contribuyen a su imagen equilibrada y proporciona», señalan.

Innovador

En Bermeo el reconocimiento se celebrará la jornada del 13 y también contará con la presencia de un experto (17.30h) que detallará el valor del batzoki, del arquitecto Pedro Ispizua, uno de los referentes en el movimiento racionalista y modernista vasco y europeo natural de la villa marinera.

«El aspecto formal del edificio era tan innovador que la obra la paralizó el gobernador socialista Amilibia. Diferentes parlamentarios vascos como Agirre, Leizaola o Egileor tuvieron que intervenir ante Indalecio Prieto, ministro de Obras Públicas, para levantar el veto», añaden.

El inmueble, detallan, destaca por la fuerza plástica de los volúmenes y su articulación equilibrada a lo largo de la fachada. «El resultado es un conjunto claramente expresionista, pero en el que la modernidad se hace evidente en la composición de huecos rasgados, la disolución de las esquinas y las referencias náuticas de las barandillas y el remate a modo de puente de mando».

Comenta

Reporta un error