El talento y el ritmo más constante a lo largo del partido del Hestia Menorca fue más que suficiente para doblegar a un Sa Tintina Es Castell que ofreció una versión que se acerca al dibujo competitivo que quiere dibujar Raúl Jodra. De ella se desprenden los primeros brotes verdes de un equipo con unos primeros conceptos muy afianzados.

En lo que respecta a los de Javi Zamora, el bloque continúa conociéndose y tratando de adaptarse a los esquemas del entrenador madrileño. Aún así, el proceso de acoplamiento se lleva mucho mejor cuando el volumen de talento es tan alto que es capaz de ganar los partidos por sí mismo. Así pues, la línea exterior otorgaba la victoria parcial al cuadro de Bintalfa al término del primer periodo.

Fuerzas igualadas

El acierto de Jaume Lobo en primera instancia, encadenando hasta tres triples consecutivos hasta que sus tres faltas obligaron a Zamora a retirarlo, marcaban el paso de un partido dominado por el Hestia en el marcador, aunque parejo sobre el parquet.

Pese a la defensa correosa que planteaba desde un primer momento el conjunto de Javi Zamora, Es Castell se sentía cómodo a la hora de tomar la iniciativa. Sin embargo, sería en transición ofensiva cuando los gualdinegros se harían fuertes. Sobre todo, si Martí Corbera se colocaba al mando de las operaciones. El recién incoporado del Sese —y vinculado al Hestia Menorca—, junto a un Guillem Garcia muy suelto y con un interminable registro de movimientos, se convertía en la gran referencia ofensiva de los de Raúl Jodra, quienes únicamente se veían lastrados por una notable y más que normal falta de acierto frente a una buena defensa local.

Subida de marcha del Hestia

Entrando al segundo cuarto, el equipo local aprovechaba la rotación de Es Castell para jugar más cómodo y engrosar cifras. El riesgo que asumían Xavi Hernández y Víctor Fernández en fase de creación conducían a las canastas fáciles de un Nico Galette y un Emmanuel Wembi que continúan ganando en confianza.

Más de lo mismo al reanudarse el partido tras el descanso. Javi Zamora inyectó fuego en los ojos de sus muchachos, que saltaron a la pista con una marcha más y demostrando un mayor dominio a partir del    poso y la tranquilidad que emana Pol Figueras a la hora de orquestar el juego.

No obstante, Víctor Arteaga sufrió al verse obligado a lidiar con la más fea del baile, un Jules Ndoye que brilló como nunca tanto en el apartado defensivo como en el ofensivo; en el rebote y en la anotación. De hecho, provocó tres faltas seguidas del conquense, incapaz de detenerlo por momentos.

El ritmo del último cuarto se tornó anárquico, con aún más probaturas por parte de los entrenadores. Así pues, se convirtió en el escenario ideal para que Rafa Gómez ofreciera destellos de su calidad en varias acciones individuales y para que Jaume Lobo continuara demostrando su excelsa calidad con una exhibición de aciertos desde la línea de 6,75 metros.

El apunte

Sin minutos para Vicedo y lesión de Sola