Ya sabíamos que el café ofrece numerosos beneficios para el cuerpo. Desde hace tiempo se le asocia con una mejor concentración, mayor energía, e incluso con ciertos efectos positivos en el sistema digestivo. Pero ahora, un nuevo argumento se suma a la lista de razones para incluirlo en la compra semanal: su capacidad para mejorar la microbiota intestinal.

El epidemiólogo Tim Spector, uno de los principales expertos en microbiota y fundador del proyecto Zoe, ha resaltado recientemente que las personas que consumen café de forma habitual presentan una flora intestinal más diversa que quienes no lo hacen. Esta variedad microbiana es un indicativo de buena salud digestiva y, por extensión, general.

Durante años se pensó que el café podía resultar perjudicial para el corazón o el sistema nervioso. Hoy, gracias a múltiples investigaciones, esa idea ha quedado desmentida. Ahora se sabe que los bebedores de café tienen hasta un 15 % menos de riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Y no importa si se trata de café con cafeína o descafeinado. Lo importante está en los compuestos naturales que contiene, muchos de ellos con efectos antiinflamatorios y antioxidantes.

Uno de los factores clave en este impacto positivo sobre la microbiota intestinal es su aporte en fibra soluble. Spector explica que una taza de café filtrado puede contener hasta 1,5 gramos de fibra, una cifra comparable a lo que se obtiene al comer una mandarina. Esta fibra llega al intestino y sirve de alimento a las bacterias beneficiosas que habitan en él, fomentando su crecimiento y diversidad.

El café también parece estimular la proliferación de bacterias concretas como la Lawsonibacter, que se alimentan especialmente bien de los nutrientes presentes en esta bebida. Es decir, al tomar café no solo se está cuidando el ánimo o la energía diaria, también se está nutriendo a todo un ecosistema microbiano interno que tiene un papel esencial en la digestión, el sistema inmune e incluso en el estado de ánimo.

Además de fibra, el café es rico en polifenoles, sustancias antioxidantes que ayudan a reducir la inflamación y combaten el daño celular. Aunque la adición de leche puede reducir en parte la concentración de estos compuestos, el café sigue manteniendo buena parte de sus beneficios

En cuanto a la cantidad recomendada, Spector sugiere que entre dos y cuatro tazas al día podrían ser óptimas, aunque todo depende del organismo de cada persona. La tolerancia individual, el tipo de café y la forma de preparación también influyen en el efecto final.

Imágenes | Imagen de freepik / Zoe – Tim Spector

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