18/09/2025
Actualizado a las 14:48h.
Con sorprendente tardanza, las autoridades indonesias han hecho públicos este jueves los resultados de la autopsia a Mati Muñoz, ciudadana española que pasaba largas temporadas en la isla de Lombok, y que el pasado 2 de julio fue asesinada en el hotel Bumi Aditya, sito en la playa de Senggigi, por un empleado y un ex trabajador del mismo establecimiento que, en teoría, sólo quisieron robarle en aquella macabra madrugada las tres millones de rupias –unos 153 euros al cambio actual– que llevaba encima.
Tras haber sido detenidos el pasado 30 de agosto, casi dos meses meses de su desaparición, los presuntos asesinos, Suhaily de 34 años, y Ge de 30, aseguraron que asfixiaron y golpearon contra el suelo del bungaló 107 el cuerpo de Mati, la cual trataba de defenderse del robo en medio de la madrugada, y que seguramente entraría en cólera al corroborar que los atracadores les resultaban muy familiares.
El médico forense que, realizó la autopsia rodeado de alumnos en prácticas la mañana del pasado 4 de septiembre, ha asegurado en su informe que Mati murió asfixiada. Lo que asoma como inusitada violencia son las conclusiones: violencia contusa en cabeza y rostro con fractura en el cráneo en forma de L en el hueso parietal izquierdo con su consiguiente hemorragia, además de otra hemorragia que nacía en la frente izquierda alcanzando la mejilla izquierda inferior.
Los golpes también consiguieron que Mati tuviera sangrados en vértebras cervicales, en el esternón, en las costillas derechas y laterales, además de una fractura en la costilla derecha posterior; otra hemorragia surcaba desde la clavícula a la primera costilla. Finalmente, el forense informó de que el tabique nasal también estaba fracturado con dos hemorragias localizadas.
Se defendió con uñas y dientes
Expertos consultados aseguraron a ABC, que además de la edad de Mati el día de su muerte –72 años–, la conclusión es clara: los asesinos golpearon de manera brutal a la ciudadana española, que según muestras encontradas en su cuarto de pendientes y trozos de pulsera, seguramente trató de defenderse con uñas y dientes. Familiares y amigas de la víctima también echaron en falta la televisión del bungaló, que sin haber sido robada, pudo haberse caído y dañado durante la trifulca.
Lo que ha dejado perplejos a la familia de Mati Muñoz, representada por su sobrino Ignacio Vilariño, ha sido que hayan tenido que enterarse de los resultados de la autopsia por una noticia de la agencia Efe. Según fuentes consultadas, el procedimiento legal es el siguiente: el médico forense envía el informe final al equipo policial de investigación, y este se lo hace llegar al representante diplomático del país del que era nacional la fallecida, en este caso, España. Y a partir de ahí, se informa, primero a la familia, para después hacerlo, si fuera menester, a la prensa. Por lo que sorprende que el procedimiento tremendamente errado haya vuelto a enfadar a los familiares y amigos de Mati, que desde el comienzo de este caso, se han sentido ninguneados tanto por las autoridades indonesias como por las españolas.
«Un despropósito»
Ignacio Vilariño, en respuesta a la llamada de ABC, ha comentado que «me parece indigno que hoy me hayas despertado tú para confirmarme que la autopsia ya era vox populi. Nos sentimos humillados. Sólo espero que ahora las autoridades españolas presionen por una vez a sus homónimos indonesios por los indicios claros que existen de la implicación de, al menos, dos empleados del mismo hotel donde mataron a mí tía. Como dijo la única persona que durmió a doce metros de ella aquella tristísima noche, es imposible que su cuerpo en descomposición estuviera seis semanas en el hotel y nadie lo viera ni oliera. Todo ha sido un despropósito, desde el principio, y ahora es la última oportunidad para que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ayude en el esclarecimiento de un caso que no está cerrado por un posible conflicto de intereses entre la policía de Lombok y la principal señalada, Nurmala Hayati, Mala, que ha reconocido públicamente tener un familiar trabajando en el departamento de inteligencia de la policía de Lombok».
Tras los resultados de la autopsia la familia realizará lo antes posible la incineración de Mati, a la que posiblemente se le esparcirán sus cenizas en su playa favorita de su muy querida Lombok, isla donde consagró su vida y donde la misma le fue robada.
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