La orientación de la vivienda es una de las decisiones más determinantes en arquitectura, no solo por razones estéticas, sino también por su impacto en la eficiencia energética y el confort interior. Mientras la orientación sur permite aprovechar la luz solar y regular la temperatura con mayor facilidad, abrir una casa hacia el oeste plantea serias dificultades por la incidencia directa del sol en las horas más calurosas del día.

El arquitecto técnico Jordi Martí, a través de su canal de YouTube, ha explicado los criterios que deben guiar esta elección y ha sido contundente al referirse a una de las peores alternativas: “Este y oeste mejor evitarlos porque es complicado controlar la luz del sol, especialmente oeste. Verano puede ser horrible, así que o lo haces porque tienes unas vistas espectaculares o porque estás haciendo la casa de tu peor enemigo”.

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El Confidencial

Sur como la opción más eficiente

Martí defiende que orientar las viviendas hacia el sur sigue siendo la opción más recomendable, ya que facilita la protección frente al calor en verano y permite aprovechar la radiación solar en invierno. “Yo sigo considerando que es buena idea orientarse a sur porque es fácil protegerse en verano. Mira, aquí pongo un voladizo fijo. En verano me va a tapar bien y en invierno va a entrar el sol porque pasa más bajo”, detalla el arquitecto.

Además, recuerda que la vegetación puede jugar un papel clave en la estrategia arquitectónica: “Si pones plantas de hoja caduca en invierno dejarán pasar el sol”. En cambio, orientar una vivienda al norte puede resultar útil únicamente para espacios de trabajo donde se busque una luz difusa y constante, mientras que este y oeste siguen siendo las opciones menos aconsejables por la dificultad de controlar la radiación solar.

Las recomendaciones de Martí ponen el acento en la importancia de combinar diseño arquitectónico y soluciones pasivas para garantizar viviendas más habitables, especialmente en un contexto donde las temperaturas elevadas son cada vez más habituales.