La arquitecta Marta Melián habita al unísono dos planos atravesados por una pasión: construir atmósferas dentro de las viviendas. Un querer asido al estudio de interiorismo que fundó en 2019, Studio Mó, con sedes entre el barrio de Malasaña, en Madrid, y Telde. El trabajo de la diseñadora grancanaria, una arquitecta experta en tocar la vida de quienes se asientan en los espacios que idea, despierta el interés de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo de España, ARCO, o la exposición Casa Decor.
Estudia Diseño Industrial en el Instituto Europeo de Diseño (IED); se gradúa también en Arquitectura de Interiores y remata con un máster en interiorismo e imágenes 3D. En el mundo laboral se curte más de una década en despachos de Madrid, y cuando abre Estudio Mó en 2019, con sus sedes en Telde y Malasaña, la pandemia le cae encima.
La habitación creada por Studio MO, de Marta Melián, para ARCO 2025. / lp/dlp
El escaparate de las ferias
Aquello podría haber sido un desastre, pero sus clientes repiten, el boca a boca llama a más trabajo y su participación en ferias es el escaparate que la proyecta. Casa Decor, la mayor exposición de arquitectura e interiorismo de España, la acoge durante cuatro ediciones. Y, de pronto, la dirección de ARCO llama a su puerta para encargarle una sala de reuniones privada ambientada en la artesanía africana.
Es en las ferias donde despliega la filosofía con la que bautizó a su estudio de interiorismo: «Quería generar ambientes, viviendas y espacios en los que la gente se sienta en casa», reseña. En ARCO 2025 proyectó en tan solo dos días una sala de tonos terracota con mobiliario de madera, una de sus grandes señas de identidad, luz de Años Luz, biombos propios y revestimiento de EcoCero hechos a partir de botellas recicladas.
Proyecto de Studio MO, de Marta Melián / lp/dlp
Cuando habla de artesanía africana se le enciende la voz. «No sé si es que me viene también un poco de raíz», se ríe. Aún no ha viajado todavía al continente, pero asegura que «está frita» por visitarlo y lo que le atrapa es su forma natural de trabajar la materia prima, los colores y la música.
El estudio funciona con tres personas fijas y una red de colaboradores que aparece y desaparece según el proyecto. Responsabilidad que la mantiene como «una mujer pegada al móvil». Ella se reparte entre Madrid, desde donde se concentra en ser una mujer orquesta, y Gran Canaria. Lo hace a golpe de avión y maleta, sabiendo que traer material desde la península es un quebradero de cabeza de plazos y dinero.
Entre otros de sus proyectos están los residenciales para particulares, como reformas, pero también trabaja con el sector de la hostelería y montajes exprés de home staging. Ha dejado su huella en apartamentos vacacionales de Las Canteras y persigue el reto de un pequeño hotel en la isla.
Marta Melián vive enchufada a una idea muy simple. La de que quizás en el detalle y la funcionalidad estén en la clave, ya que ella se define como una especie de centralita creativa. «La gente se está da cuenta de que igual que tú vas al médico cuando te duele una rodilla, si quieres dejar tu negocio o tu vivienda perfecta, igual tendrías que contar con un profesional», concluye.
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