Isabel Dobarro (Santiago, 1992) es una de las pianistas españolas con más proyección internacional de su generación. Prueba de ello, en 2021 recibió el VIII Premio Mujeres a Seguir en el apartado de Cultura. No ha sido el único galardón obtenido a lo largo de su carrera musical, la cual compagina con su profesión de abogada. Una trayectoria artística que comenzó a muy temprana edad, a los tres años. Fue entonces cuando comenzó a aprender los entresijos de un instrumento tan complejo como lo es el piano, justo un año antes de dar su primer concierto. De ello tienen mucho la culpa sus padres, que le animaron a dar sus primeros pasos en la música clásica llevándole desde muy pequeña al Auditorio de Galicia a escuchar conciertos. «Siempre he incidido en la importancia de la exposición temprana a la música clásica. Recuerdo aquellos conciertos, ver a grandes figuras y artistas importantísimos que pasaban por el Auditorio de Galicia, como experiencias maravillosas. Para mí eso fue fundamental para poder dedicarme a la música», señala Dobarro a EL CORREO GALLEGO.

Desde entonces, Dobarro ha ido ampliando sus conocimientos musicales en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, donde, en 2010, obtuvo el Título Superior de Piano, y en la Universidad de Nueva York, en la que, en 2012, finalizó un máster de Música mientras mostraba su talento dando recitales en las más prestigiosas salas de conciertos norteamericanas, como Carnegie Hall, Steinway Hall, Yamaha Center, Liederkranz Foundation, Frederick Loewe Theater y Columbia University Faculty House. También fuera de EEUU en lugares como el Moscow Tchaikovsky Conservatory, el Ateneo de Madrid o la Sala Arturo Benedetti Michelangeli, en Bolzano (Italia). Todo ello al mismo tiempo que se graduó en Derecho por la UNED y obtuvo un certificado en Relaciones Internacionales por la Universidad de Harvard.

La pianista y abogada compostelana Isabel Dobarro

La pianista y abogada compostelana Isabel Dobarro / Efe

Visibilidad a las mujeres

A día de hoy, Isabel Dobarro ejerce como abogada en Madrid, pero en paralelo continúa desarrollando su música, una música muy comprometida con el repertorio de otras compositoras desde que, a sus 19 años, impartiendo clases como profesora en la Universidad de Nueva York, un alumno le preguntó si no había obras de compositoras que pudiese tocar. «Aquella pregunta fue un shock para mí, porque nunca me la había planteado. Es increíble hasta qué nivel llega la invisibilización de las mujeres en la música que ni siquiera te planteas esa pregunta. Desde ese momento he llevado a cabo muchas investigaciones, tanto históricas como contemporáneas», destaca Dobarro.

Dichas investigaciones se reflejan a la perfección en Kaleidoscope (Naxos-Grand Piano), su primer disco en solitario, el cual fue publicado el pasado año. Con él, a pesar de las dudas iniciales, continúa su labor de dar a conocer a mujeres compositoras y ofrecerles un lugar en la historia. «Todo proyecto, y este disco no es menos, ha tenido momentos de mayores dudas, sobre todo al principio, antes de que lo cogiera una discográfica, pero yo tenía una corazonada y, junto a mí, María Victoria Montalvo, que es quien me ha ayudado también a moverlo, de que era un disco que podía transmitir un poco mis ideas en el ámbito de la música clásica, mi idea de reivindicación de compositoras, mi idea de reflejar la riqueza musical de todo el mundo. Yo tenía mucha confianza en el disco, pero es verdad que el resultado ha superado con creces cualquier cosa que yo pudiera soñar», reconoce Dobarro a este diario tras enterarse de que su primer disco en solitario ha sido nominado esta semana a los Latin Grammy 2025 por la Academia Latina de la Grabación en la categoría de Mejor Álbum de Música Clásica.

«Inmensamente feliz»

Su nominación, revela Dobarro, le pilló junto a las personas que le han hecho ser quien es a día de hoy, su familia. «Estaba comiendo, estaba con parte de mi familia, con mi hermana, con mi sobrinito, con mi marido y con mi abuela. Sabíamos que las nominaciones saldrían a esa hora, estábamos un poco pendientes y la verdad es que, cuando dijeron mi nombre, la alegría fue absolutamente inmensa», destaca la música compostelana antes de declarar que en ese momento tuvo «muchos sentimientos» encontrados.

«El principal sentimiento fue de agradecimiento a mi familia. A mis padres, que han hecho tanto por mí, que han luchado tanto por mi carrera musical. A mi hermana, que siempre ha estado a mi lado, que siempre me ha apoyado. A mi marido, que es un pilar fundamental. También fue muy especial tener en ese momento a mi abuela, que ha formado parte de todo este viaje, y a mi sobrinito, al verlo tan ilusionado, pegando saltos, emocionado, ilusionadísimo, me encantó verle tan feliz ahora que está empezando con el piano y con la flauta. Pero también tuve un sentimiento de agradecimiento a mi ciudad, a Santiago, a Galicia, donde estudié y desarrollé mis primeros años de carrera. Para mí eso era muy importante. Y de felicidad, porque ha habido muchísimo trabajo detrás, muchísimo trabajo a la hora de seleccionar las obras, a la hora de estudiarlas, a la hora de ver un resultado artístico que tuviera coherencia, contactar con las compositoras, trabajar con ellas… Ha sido mucho esfuerzo, pero un esfuerzo también muy bonito que me ha dado muchísimas alegrías. Estoy inmensamente feliz de estar nominada en ese grupo de cinco junto a grandes figuras del panorama musical», añade.

De esta forma, Dobarro competirá el próximo mes de noviembre en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas (EEUU) por el gramófono que reconoce al Mejor Álbum de Música Clásica. La pianista compostelana es consciente de que no será nada fácil alzarse con el galardón, pero, gane o pierda, su nominación ya se la toma como «un premio». ¿Conseguirá Dobarro imponerse al resto de candidatos? Solo el tiempo dirá, lo que está claro es que Santiago tendrá este año su hueco en los Latin Grammy.