A dos días de que la pelota bote de nuevo sobre la tarima de San Francisco Javier, el OAR Attica 21 ultima los detalles de su salto a la División de Honor Plata. «Hemos hecho una plantilla para competir bien y cerramos todas nuestras primeras opciones, están los mejores jugadores que un entrenador puede tener para afrontar este desafío», señala Nando Gónzalez, técnico del cuadro coruñés.
El preparador cántabro, que fue renovado el pasado mes de febrero, mucho antes de saber si lograría el objetivo del ascenso o no, seguirá a los mandos de una nave que ha incorporado nueve caras nuevas para dar un paso adelante acorde al reto de la segunda categoría del balonmano nacional. Mile Mijuskovic, Rubén Sánchez, Álex Malid, Luis Horcajada, Álex Chan, Sergio Torío, Gabriel Navarro, Gael Blanco y Peter Kende se estrenarán con la camiseta del OAR en la campaña 2025-26. «Buscábamos un perfil de jugadores con experiencia en el alto nivel, que nos den un plus en una competición que será muy complicada, difícil e igualada», apunta. González añade que, al margen de la «calidad» deportiva que llega, que es mucha, han incorporado a «gente con hambre» que sabe lo que es «hacer equipo» y que aterriza en A Coruña para «que el proyecto siga creciendo».
Más allá de los recién llegados, el mérito del trabajo del entrenador y de Jacobo Novoa (director deportivo) en el mercado oarista ha estado en retener el talento que fue clave en el ascenso desde la Primera Nacional. Diego Martínez, Luisma de Goya, Pablo Moral, Pepe Mora, Alejandro Conde, Diogo de Freitas, Beltrán Bedía, Alberto Roldán, Juanka Ortíz, Joel Rábade e Isra Marín se quedan. «Todos querían disfrutar de esta experiencia en Plata con el OAR», comenta Nando, que confiesa que alguno tenía «ofertas de otros clubes de ligas superiores», pero terminaron apostando por triunfar en San Francisco Javier.
Con todos los nombres sobre la mesa, la pretemporada empieza a rodar el 1 de agosto para llegar con buen ritmo al inicio de liga, el 13 de septiembre ante el Cisne en Pontevedra. El preparador oarista tiene claras las líneas maestras de su equipo para el curso que viene: «Debemos ser muy sólidos en defensa y capaces de hacer transiciones rápidas y efectivas, con un ataque muy dinámico y muchas soluciones para optimizar nuestras armas. Hay que competir los 60 minutos frente a cualquiera».
La meta actual del entrenador es «trabajar para pasar de ser un grupo de buenos jugadores a ser un equipo» y, a partir de ahí, «intentar ganar el primer partido». Después, la competición pondrá al combinado coruñés en su lugar. «Trataremos de asegurar la permanencia lo antes posible. A partir de ahí, veremos donde nos coloca la clasificación a base de trabajo y constancia, pero que nadie espere que esto sea un paseo», explica Nando. La clave estará en «perder el menor número posible de batallas» para «intentar ganar la guerra» de la salvación.
Para el técnico santanderino, en una liga tan equilibrada como la División de Honor Plata, existe un factor diferencial: el calor del público. «Tenemos que jugar los partidos de casa con un jugador más, debemos ser 8 en vez de 7. Ojalá se incorpore mucha más gente que nos ayude a llevar el barco a buen puerto», señala. Y es que Nando todavía se emociona al rememorar en el ambiente que inundó el pabellón para empujar a sus jugadores hacia el ascenso: «He entrenado en varios países y varios continentes y lo que vivimos aquí fue algo indescriptible».