Un equipo internacional, integrado por casi cien investigadores e investigadoras de todo el mundo, ha analizado el origen y propiedades de 2023 CX1, un asteroide descubierto el 12 de febrero de 2023, siete horas antes de que entrara en la atmósfera terrestre e impactara sobre la región francesa de Normandía.
Los resultados, que aparecen publicados en la revista Nature Astronomy y que cuentan con la participación de científicos del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC), suponen el primer estudio exhaustivo de un asteroide que fue localizado desde el espacio y seguido hasta su impacto en la Tierra.
El asteroide 2023 CX1 impactó sobre Normandía el 13 de febrero de 2023 a las 02:59 UTC. Con una forma casi esférica, medía poco menos de un metro de diámetro y tenía una masa estimada de unos 650 kilogramos. Se desintegró catastróficamente a una altitud de unos 28 kilómetros, liberando el 98 % de su energía cinética en una fracción de segundo, «un comportamiento excepcional para un objeto de este tamaño». Tras la explosión, se dispersaron más de cien fragmentos por Normandía. El meteorito recuperado, llamado Saint-Pierre-Le Viger (SPLV), es la única condrita ordinaria estudiada desde el espacio hasta el laboratorio.
«Estos asteroides deben tenerse en cuenta en las estrategias de defensa planetaria, ya que representan un mayor riesgo para las zonas pobladas», explica Auriane Egal, astrofísica del Planetario de Montreal, miembro de la red FRIPON/Vigie-Ciel y primera autora del estudio.
Aunque se trata de una condrita ordinaria de tipo L, la clase más común entre los meteoritos terrestres, 2023 CX1 es el único asteroide de impacto inminente de este tipo. Además, el SPLV es uno de los meteoritos cuya órbita ha sido medida con mayor precisión hasta la fecha, ya que la diferencia entre la trayectoria atmosférica prevista y la observada fue inferior a 20 metros.
Los análisis muestran que 2023 CX1 se separó de su cuerpo original en el cinturón principal interior hace unos 30 millones de años. Este estudio destaca la necesidad de integrar la caracterización espectral, estructural y dinámica de los asteroides antes de su impacto en los protocolos de defensa planetaria.
«Este estudio trae buenas noticias porque estamos en condiciones de detectar y seguir rocas más pequeñas de un metro de tamaño, con masas inferiores a una tonelada métrica. Sospechábamos que las condritas ordinarias de este tamaño podían producir meteoritos, y aquí hay una nueva prueba de ello», afirma Josep Maria Trigo, investigador del ICE-CSIC y el Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña (IEEC). Coautor del estudio y coordinador en España de la red FRIPON, este investigador ha participado en la reconstrucción de la trayectoria atmosférica y la órbita heliocéntrica del superbólido producido por la desintegración del pequeño asteroide y en el análisis de las implicaciones para la defensa planetaria de este evento único.
2023 CX1 es el séptimo asteroide detectado antes de su impacto. Gracias a una novedosa estrategia de observación, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA predijeron la hora y el lugar de la caída con una precisión sin precedentes.