Carlos Pérez, nombrado mejor mecánico de España en 2025, no se anda con rodeos: repostar en gasolineras low cost puede salir caro a largo plazo. Lo que para muchos conductores parece un ahorro inmediato puede convertirse en el inicio de problemas mecánicos que arruinen tu bolsillo.
Repostar es un acto rutinario para millones de personas, pero no todas las gasolinas son iguales. La clave, insiste Pérez, no está en la eterna discusión sobre si es mejor llenar el depósito con 95 o con 98 octanos, sino en la calidad del combustible y los aditivos que contiene.
«La mayoría de coches están diseñados para funcionar con 95. La 98 puede dar algún kilómetro extra, pero no por el octanaje, sino porque suele llevar más aditivos. Esa diferencia se paga en el surtidor, así que al final no hay ahorro real, salvo en motores de altas prestaciones», explica.
Cabe señalar que los aditivos son los que marcan la diferencia debido a que mantienen el motor limpio, evitan residuos y protegen el sistema de alimentación frente a averías que pueden disparar el presupuesto en el taller.
Ante esto, Pérez afirma que las gasolineras de marcas reconocidas incluyen más componentes protectores, mientras que en muchas low cost esa parte se reduce al mínimo. El experto desmonta también algunos mitos habituales, como alternar depósitos de 95 y 98 es lo más recomendable, pero al final no aporta ventajas reales.
Tampoco tiene sentido elegir siempre lo más barato sin fijarse en su calidad ni ignorar las recomendaciones del fabricante. Ante esto, es importante destacar que si quieres que tu motor dure más de diez años, huye de las gasolineras que escatiman en aditivos.
Gasolineras low cost: ¿ahorro o riesgo?
El precio más bajo en el cartel de una gasolinera puede ser tentador, pero la trampa llega después. El ahorro inmediato se convierte en desgaste acumulado, pérdida de rendimiento y, en el peor de los casos, averías en inyectores o filtros que pueden costar cientos de euros.
Lo que parece una decisión inteligente para ahorrar unos céntimos por litro acaba resultando más caro cuando el coche empieza a dar síntomas de averías.
Pérez insiste que la prioridad no es gastar más en octanaje, sino repostar siempre gasolinas de calidad. Apostar por marcas fiables no solo evita visitas al taller, también alarga la vida útil del vehículo. Un buen combustible es una inversión en tranquilidad.
El combustible no es solo un gasto rutinario, es la principal partida de mantenimiento de cualquier coche. Lo que inviertes cada mes en repostar supera con creces otros costes habituales como el cambio de aceite o los filtros.
Sin embargo, los fallos graves en el motor son los que de verdad ponen en jaque las cuentas familiares. Una reparación de inyectores, una bomba de combustible o un sistema de alimentación dañado puede superar fácilmente los mil euros.
Usar gasolinas con aditivos de calidad reduce la acumulación de residuos, evita obstrucciones, pero sobre todo mantiene estable el rendimiento del motor con el paso de los años. Eso significa menos visitas al taller y menos probabilidades de enfrentarte a una factura imprevista.
Muchos conductores cometen el error de priorizar el precio inmediato, donde ven unos céntimos de diferencia en el surtidor y piensan que están ahorrando. La realidad es que ese supuesto ahorro se evapora cuando el coche empieza a perder potencia, a consumir más o a dar problemas en componentes que deberían durar muchos kilómetros más.
La decisión de repostar barato puede ser cómodo a corto plazo, pero dañino a medio y largo, por lo que repostar de forma inteligente es, en el fondo, una estrategia de ahorro real en tu bolsillo. Algo que debes considerar de aquí en adelante.
No se trata de gastar más por gastar, sino de elegir combustibles que protejan el motor o mantengan el coche en buen estado durante más tiempo. La diferencia entre llenar el depósito en una gasolinería reconocida y hacerlo en una low cost puede no notarse en el momento, pero sí en la factura del taller con el paso de los años.
El mensaje del mecánico Carlos Pérez es directo: no es el octanaje lo que importa, sino la calidad de la gasolina y dónde repostes. Apostar por un combustible fiable no solo alarga la vida del motor, también protege tu bolsillo de reparaciones que se pueden evitar.
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Etiquetas: automóvil