El alumnado de la Escuela Superior de Arte del Principado de Asturias (ESAPA) se ha puesto en pie de guerra para reivindicar unos accesos «dignos» a la sede de Restauración y Conservación, que está en el polígono industrial de la ría (PEPA), donde también se prevén trasladar los estudios de Diseño una vez concluya el edificio proyectado en la zona. «Se está hablando del nuevo edificio, pero no hay nada de información de cómo vamos a acceder», señala la docente Coral Armorrortu, que como buena parte del claustro hace suyas las demandas del alumnado en lo respectivo a la mejora de los accesos, una demanda que nació casi pareja a la instalación de Restauración y Conservación al otro lado de la ría allá por 2019 y entonces, con dos años de retraso de los planes iniciales del Principado. El Sindicato de Estudiantes convocó ayer una multitudinaria asamblea en la sede de Camposagrado en la que participaron un centenar de jóvenes y una decena de docentes.

Reivindican una solución urgente que garantice la seguridad en sus desplazamientos. Porque, argumentan, el recorrido desde Avilés a la actual sede de Restauración «supone entre 25 y 40 minutos –a pie– y discurre por tramos en los que no hay casi ni aceras». «Hay que tener en cuenta a todas las personas, también a las que tienen problemas de movilidad», apuntó Marta López, que junto a sus compañeras criticó la ausencia de planes anunciados como «una pasarela» que, por el momento, no figura en los proyectos, frente a los siete millones que supondrá la construcción de la nueva sede de Diseño en la calle Estibadores, junto a la actual.

Nuevas líneas

El alumnado de la Escuela de Arte demanda un «servicio de transporte eficaz y periódico, reclamación que ha sido milagrosamente resuelta en la noche de ayer al crearse una nueva línea de autobuses». Ese servicio de autobús que lleva operando diez años cuenta con 33 líneas de ida de Avilés hasta la parada de La Palmera y 32 de vuelta, desde primera hora de la mañana hasta la noche. Ese servicio es prestado por la empresa Autos Villa, que forma parte del Consorcio de Transportes de Asturias.

La asamblea de estudiantes ha dejado claro que los accesos «no son seguros» para viandantes. Pusieron sobre la mesa que el tramo que separa Avilés de lo que será el futuro campus artístico en el Pepa «es compartido con vehículos pesados y sin aceras».

«Cuando haya un problema, un accidente, un atropello, los encargados de hacer unos accesos razonables se llevarán las manos a la cabeza», indicó Amorrortu. Es más, Marta Vega y Ángela Velarde hablan de casos en que compañeras de Restauración «casi son atropelladas en el entorno de la rotonda» ubicada a pocos metros del edificio en el que estudian.

Los estudiantes insisten en que una pasarela ayudaría a solucionar el problema de los accesos y así «evitar tener que utilizar los maltrechos e inseguros accesos peatonales actuales». Además, durante la asamblea, insistieron en el «derecho a contar con un servicio público de calidad» y rechazaron que el palacio de Camposagrado, una vez que la ESAPA se traslade definitivamente al PEPA, «incluya una universidad privada –la Nebrija- en un edificio patrimonial y público ubicado en pleno centro de la ciudad». «Esta dinámica creciente en Asturias de introducir empresas de enseñanza privada en detrimento de la pública contraviene principios fundamentales como el derecho de igualdad de oportunidades, opinión que comparte toda la comunidad de la Escuela Superior de Arte», indican en un comunicado.

A esta problemática de los accesos, se suma otra ya de índole interna que tampoco es del agrado del alumnado de 4.º de Diseño, que se tiene que desplazar a la actual sede del Pepa para cursar alguna que otra asignatura «todo ello después de estudiar toda la carrera en Camposagrado».

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