La llegada de la NBA a Europa, con su propia competición, parece un hecho que se va a dar en un futuro próximo aunque no hay muchos más detalles: sigue sin haber datos concretos sobre el formato, los equipos, el sistema, el nivel de implicación de la propia NBA… y, lo que seguramente debería preocupar más al aficionado, las opciones de que se acabe llegando a un acuerdo con la Euroliga para intentar empujar desde un frente común. La NBA, por ahora, lleva a la FIBA de la mano y llegó a parar toda conversación con la Euroliga, aunque los contactos se han retomado en los últimos meses.

La Euroliga tiene el poder deportivo y los grandes nombres del baloncesto continental. La NBA quiere cambiar el modelo de negocio y potenciar una búsqueda de recursos que cree que existen y no se están aprovechando. Mientras, el comisionado Adam Silver sigue dando pistas, más que datos muy concretos, sobre cómo serán las cosas. Y cuándo. En un evento de Front Office Sports en Nueva York, aseguró la nueva competición, en la que muchas voces sitúan a Real Madrid y Barcelona, en Europa está “a dos o tres años vista” y dejó claro que es un gran aficionado al fútbol y a sus dinámicas de competición (lo ha reconocido muchas veces, una de las últimas cuando introdujo la NBA Cup como torneo secundario) pero también que hay cosas que no quiere que sean igual en su competición de baloncesto en el Viejo Continente.

“Soy un gran aficionado al fútbol europeo, pero no queremos una competición con un puñado de equipos muy superiores a los demás. No queremos una Liga sobre la que exista la percepción de que solo unos pocos equipos están en situación de pelear de verdad por el título, como pasa en la Champions League. Queremos perfilar un modelo con un sistema que sabemos que igual no puede ser de techo salarial duro pero en el que pueda ser regulado para que si tienes un equipo, creas que tiene una opción real y justa de ser campeón”, asegura un comisionado que no da mayor importancia al movimiento de Mavericks Carter, amigo de la infancia y socio de LeBron James, para crear también una nueva competición fuera de Estados Unidos: “Es bueno que haya competencia, nos mantiene a todos en tensión”.

La fecha de llegada se mueve, ahora mismo, entre el verano de 2027 y 2028, con los pabellones e infraestructuras como (además de las regulaciones del marco legal europeo) uno de los problemas importantes: “Creo que podremos arrancar con los pabellones que hay ahora y hacer una transición a partir de ahí. Hablar de 2027 es muy ambicioso, sin duda, pero en todo caso no querría que esto se alargara más allá de 2028. La oportunidad está ahora ahí, la tenemos delante”.

La difícil relación con las apuestas

En su comparecencia, Silver habló también de los escándalos que ha habido relacionados con las apuestas en los últimos meses en una NBA que está siendo criticada por abrir, bajo su mandato, puertas a los vínculos con ese peligroso mundo del juego que hace no mucho era anatema para las grandes competiciones deportivas: “Las cosas que han pasado son previsibles. A veces me siento como si operáramos con una mano atada a la espalda por la estructura de regulación que existe ahora”. El año pasado, Jontay Porter, el hermano del alero Michael Porter Jr, fue expulsado de por vida de la NBA por apostar en partidos, incluidos los del equipo en el que él jugaba en ese momento (Toronto Raptors), y dar información interna y privilegiada a apostantes. En enero, el base Terry Rozier (ahora en los Heat) fue investigado por el FBI por un caso de apuestas vinculado al de Porter, y en junio Malik Beasley (que la pasada temporada jugó en los Pistons) también fue objeto de una investigación federal, pero no llegó a ser acusado. Los dos, Rozier y Beasley, están siendo investigados también por la NBA por, supuestamente, ajustar sus anotaciones en los partidos a las previsiones de las apuestas.

“Se veía venir. Hay que cambiar la legislación a una más consistente y similar entre unos estados y otros, en asociación con las ligas que tienen que proteger su integridad deportiva. A veces parece que nos movemos con una mano atada a la espalda”, remarcó porque el hecho es que esa legislación por ahora no cambia y seguirá dependiendo de lo que decida cada estado: “La comparación no puede ser entre hacer apuestas legalizadas o no hacer apuestas. Tiene que ser entre hacerlas de forma ilegal o legal. Si la gente va a hacerlo, ¿es mejor una normativa transparente y bien fijada o un marco underground de apuestas ilegales?”.

Un jaleo por culpa de los highlights

Por último, Silver tuvo que desdecirse (también ha tenido que hacerlo al respecto de algunas de sus últimas declaraciones sobre la investigación a los Clippers y sus supuestos pagos fraudulentos a Kawhi Leonard) por unas declaraciones que realizó en septiembre y que han sido muy criticadas. En ellas, salió al paso del alto precio que implicará ver ahora la NBA, en el marco de los nuevos acuerdos televisivos, y aseguró que al fin y al cabo los aficionados tenían a mano los highlights de forma gratuita: “Hay una enorme cantidad de contenido sobre la liga que se puede consumir de forma gratuita. Esta es una competición basada en los highlights: Instagram, TikTok, Twitter… lo que sea. Hay mucho contenido ahí”.

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Muchos le acusaron de falta de sensibilidad con los aficionados que no se pueden permitir pagar para ver la NBA y, sobre todo, de insistir en una idea que pende sobre su mandato, la de una liga en la que los partidos importan cada vez menos y todo lo demás gana importancia, en la que lo sustancial queda en segundo plano: “Se me malinterpretó, o puede que no me explicaría bien, eso lo acepto. No pretendía que se entendiera lo que se entendió. Creo que es algo muy positivo que cada partido deje muchos highlights, pero son jugadas que queremos, eso sería lo ideal, que la gente consumiera en el momento, viendo los partidos. No después”.

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