Fernando Alonso no pudo acabar la última carrera en Italia por una piedra que lanzó el coche de Norris, y el español ya no se explica su mala suerte.
Fernando Alonso no está teniendo la temporada que esperaba, y si algo ha sido llamativo en los 16 Grandes Premios que llevamos es que la suerte no está del lado del español. Incluso él mismo llego a afirmar por radio que era ‘el piloto con peor suerte del mundo’. Desde aquella prueba las cosas no han ido mucho a mejor, pues a pesar de que el nivel ha ido subiendo, la fortuna sigue sin acompañarle. Un claro ejemplo es lo que le sucedió en la última carrera en Italia.
Estaba en zona de puntos cuando a mitad de la carrera su coche se paró. Justo fue al pasar por encima de un piano, sin hacer nada extraño. Su Aston Martin no podía más y se detuvo. Este es el cuarto abandono del asturiano en lo que va de temporada. Todo apuntaba un problema de suspensión del monoplaza, pero más tarde vieron que se trataba de un problema derivado de una piedra lanzada a pista por Norris cuando se fue por la hierba. Alonso no daba crédito.
La piedra que hizo abandonar a Alonso
En un nuevo abandono en el circuito de Monza, tanto Fernando Alonso como el equipo no se lo podían creer. Una rotura de suspensión totalmente inexplicable acabó con una nueva oportunidad de sumar puntos para el casillero del español. Unos días más tarde se descubrió que el culpable no había sido ni el asturiano ni tampoco el monoplaza. De esta forma en Aston Martin tienen un quebradero de cabeza menos, pues el problema no fue suyo. Dentro de lo malo, es algo positivo.
En F1, en la salida todos los pilotos intentan no chocar con ningún otro coche y aunque a veces sea imposible, en Monza todo fue limpio. Lo que no sabía Fernando es que le iba a afectar el duelo entre los pilotos que ocupaban las primeras posiciones. Pues en plena batalla por ganar un puesto con Max Verstappen, Lando Norris acabó fuera de pista y al conducir por la hierba hizo saltar una piedra que chocó contra el Aston Martin con el número 14. De esto se iba a acordar Alonso en la vuelta 25.
Así lo desveló la escudería durante la semana: «El equipo puede confirmar que algo de grava golpeó el coche de Fernando en la primera vuelta de carrera en varias áreas, incluyendo la suspensión, que se vio comprometida. El equipo no era consciente del daño, y el pequeño nivel de carga constante terminó desencadenando en la avería». Ahora tiene explicación ese abandono repentino que sufrió Alonso. El problema era de la suspensión sí, pero provocado por la piedra que saltó a la pista y nadie vio.
Alonso no da crédito
Si algo le faltaba a esta cadena de infortunios que está viviendo esta temporada el piloto de Aston Martin es que una piedra lanzada por otro coche acabase con su carrera. El ovetense comentó como se enteró de esto: «Me lo dijeron el lunes o el martes después de la carrera. Es solo mala suerte, una piedra y más puntos que perdimos en una carrera. Creo que es uno entre diez millones de casos, así que esperemos que en diez millones de carreras no tenga otro fallo como este«.
Aston Martin retirando el coche de Fernando Alonso en el Gran Premio de Italia.
AP/LAPRESSE
Él sabe mejor que nadie que en este deporte siempre estas expuesto a que elementos externos puedan poner fin a tu participación en una prueba, pero este caso en concreto es una evidencia más de su mala suerte. Ante esta situación, optó por tirar de ironía y desveló en DAZN la forma en la que debería pilotar para protegerse: «Había que traer el coche del Dakar algunas carreras aquí. Si piensas en lo que soportan esos coches y lo frágiles que pueden ser los F1, es una diferencia muy grande».
Lamentablemente esto no lo podrá hacer y toca olvidarse de lo sucedido en el circuito de Monza, pues este fin de semana tiene otra oportunidad de sumar puntos. Además en Bakú, que es un circuito que le gusta al español y también favorece a las cualidades del Aston Martin. Veremos si la suerte le acompaña de una vez por todas y no tiene que preocuparse de ninguna piedra ni de elementos externos que se interpongan en su camino hacia el objetivo.
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