Viernes, 19 de septiembre 2025, 18:38

Las calles empedradas de la capital de Azerbaiyán volvieron a dejar unos entrenamientos libres que demostraron que aquí, a diferencia de otros circuitos de reciente adopción, sí se paga el error. Y es que una de las características de los circuitos urbanos que se están extendiendo tanto en el calendario es que los muros están tan cerca que no hace falta el debate de los límites de pista. Muy pocos pilotos han librado las paredes en la primera jornada de trabajo en Bakú, con especial atención a los hombres de McLaren. El líder Piastri y el candidato Norris —porque así están en la clasificación— dieron tarea extra a los mecánicos después de sendos golpes que rompieron las suspensiones de sus monoplazas. Eso abrió la puerta a otros candidatos en un extraño viernes, en el que nadie supo cómo, pero dominaron los Ferrari.

Y es que el fin de semana en el que McLaren puede proclamarse campeón del mundo de marcas, la Scuderia se reivindicó. Fue el aún inédito —de rojo al menos— Hamilton el que lideró la tabla de tiempos por delante de su compañero Leclerc, que le dio un más que útil rebufo en la recta de meta azerí. La labor de este tipo de actuaciones puede ser clave no solo en carrera, sino sobre todo en la clasificación de este sábado, donde todos buscarán minimizar los errores que se vieron en los libres.

Los Ferrari gozaron de una jornada dulce, en buena medida porque se maximizaron las virtudes del SF25. Hamilton y Leclerc mostraron cómo sus monoplazas cuentan con una gran velocidad punta pero también una buena tracción en la salida de las curvas lentas, clave en el segundo sector de este circuito. Solo tienen que repetir este tipo de actuación, y sobre todo no tener accidentes, para que los eventuales fallos de estrategia que van a mostrar el domingo —una verdad inmutable en cada gran premio es que Ferrari va a fallar en el muro— se queden en nada.

Aston Martin vuelve a la pesadilla

Aun así, pocos pilotos se libraron de tener problemas serios, y las barreras ‘techpro’ y las paredes fijas de la muralla del siglo XIII se convirtieron en grandes protagonistas. Tanto es así que hubo pilotos que, a la postre, admitieron haberse dejado varios segundos por no forzar a estas alturas del fin de semana. Eso no explica, no obstante, el rendimiento de Aston Martin. No se puede justificar únicamente en el tipo de trazado, pero sí es uno de los peores que le pueden venir.

El Gran Premio de Azerbaiyán volvió a poner de relieve la crudeza del presente de Fernando Alonso. El asturiano apenas pudo escapar de las últimas posiciones con un Aston Martin sin rumbo ni respuesta en el asfalto de Bakú. El contraste fue tan evidente como doloroso. En un circuito donde en el pasado Alonso había brillado con actuaciones memorables, esta vez su monoplaza se mostró inestable en las rectas largas y poco eficaz en las curvas lentas, hipotecando cualquier opción de colarse en la zona media. Su mejor vuelta lo dejó penúltimo, solo por delante del muy gris Franco Colapinto, con un déficit cercano a los dos segundos respecto al registro de Hamilton. Consciente de que los muros eran un enemigo extra, Alonso optó por una aproximación prudente, ya que un error podía dejarle sin rodar, pero su ritmo nunca se acercó a los tiempos de referencia.

La comparación con Lance Stroll tampoco ofreció consuelo. El canadiense terminó apenas una décima por delante, confirmando que el problema no es de manos en este caso, sino de máquina. Aston Martin llega a este circuito con el pulso ya perdido con respecto al resto de la zona media de la parrilla, pues Haas sorprendió con la octava plaza de Ocon, Williams colocó a Sainz en el top 10 y hasta Red Bull, en un día discreto, mantuvo a Verstappen cómodamente por delante, pese a la bochornosa diferencia de rendimiento que está mostrando con Yuki Tsunoda.

El Aston Martin de Azerbaiyán recuerda al que se vio en Spa, Bélgica. Allí los coches verdes rondaron las últimas posiciones y aquí todo apunta a que se repetirá lo mismo. Una buena clasificación pasa no solo por tener un poco de fortuna de su lado, sino también depende de que la búsqueda de una buena vuelta se conjugue con la suficiente prudencia de evitar los golpes. Si no es capaz de eso, Alonso verá cortada no solo su racha de clasificaciones en la Q3, sino que será casi un reto imposible pasar a la Q2.

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