Este sábado 20 de septiembre, en Mejorada del Campo, Daniel Moset dará un paso clave en su carrera taurina: dejar atrás la etapa de novillero sin caballos para afrontar su debut con picadores. «Es un salto muy importante que me tiene muy ilusionado y, a la vez, muy responsabilizado», reconoce el joven torero.

Moset compartirá cartel con Jesús Romero, a quien admira, y Joel Ramírez, novillero de la Comunidad de Madrid. «Son compañeros muy competitivos y me tocará apretarme los machos», afirma. La ganadería elegida es de Aurelio Hernando, de procedencia Veragua, «con una embestida diferente que me provoca gran ilusión».

Dani Moset/Foto de Néstor Robaina

La preparación física y mental de Daniel está siendo intensa. «Me estoy preparando mentalmente para estar bien. La etapa sin caballos ha sido muy positiva: he pisado plazas de mucha categoría y disfrutar delante de los erales me ha servido para evolucionar y seguir creciendo», explica.

Su vinculación con el mundo taurino comenzó desde muy pequeño. «Empecé con 14 años, cuando maté mi primer becerro en una clase práctica de Pedro Miota en Las Majadas. Desde que tengo uso de razón siempre he querido ser torero. Mi padre fue novillero sin picadores y mi abuelo materno, acomodador de la plaza de Cuenca, me inculcó esta noble afición llevándome a los toros y viéndolos por televisión en casa».

Dani Moset/Foto de Néstor Robaina

La Escuela Taurina de Guadalajara ha sido clave en su formación: «Ha sido como mi familia; todos nos ayudamos ante cualquier problema». También entrenó desde pequeño con el maestro Luis Algara «El Estudiante» en Cuenca.

Moset reconoce la importancia de tres momentos en la carrera de un torero: vestirse de luces, el debut con caballos y la alternativa. «Me vestí de luces por primera vez en Pantoja (Toledo). Ahora empieza la segunda etapa. Me imagino ese paseíllo mostrando mis ganas de competir, de arriesgar, de apostar… quiero que la gente vea desde el primer momento que voy a darlo todo», afirma.

Su objetivo es claro: «Quiero torear el máximo de novilladas con picadores, confiar en mi muleta y en el toro que te cambia la vida. Mi sueño es llegar a ser figura del toreo. Antes, me gustaría torear en mi plaza de Cuenca, en la Feria Taurina de San Julián, y cuando esté preparado, llegar a Madrid y, eventualmente, a Las Ventas».

Dani Moset/Foto de Néstor Robaina

En cuanto a su carrera, Moset sigue siendo independiente: «No tengo apoderado. Hasta el día 20 pertenezco a la Escuela, y a partir de ahí empiezo mi carrera en solitario, apoderado por mi muleta. Vivo enfocado en el toro, porque entiendo que tiene que ser así para conseguir ser alguien en esto».

Para Daniel Moset, este paso no es solo un avance profesional, sino la materialización de años de esfuerzo, ilusión y aprendizaje. Cada entrenamiento, cada novillada y cada consejo recibido han ido formando al torero que hoy se enfrenta a un nuevo capítulo de su vida. Con la mirada puesta en el futuro y el corazón arraigado a sus raíces conquenses, Moset demuestra que la pasión y la constancia son el verdadero motor de quienes persiguen un sueño.