El primer caso de infección por betanodavirus en un mero ha sido confirmado oficialmente en Cataluña, según ha informado al Servicio de Diagnóstico Patológico de Peces de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). El ejemplar afectado fue localizado en aguas próximas a Barcelona, hecho que constata la llegada de esta patología a las costas catalanas después de años de expansión por el Mediterráneo.
Esta identificación, junto con varios avisos de meros muertos o con síntomas, confirma de manera inequívoca la presencia del virus en el litoral catalán. El betanodavirus, también conocido como necrosis nerviosa viral (VNN), ha sido responsable durante los últimos años de significativos brotes de mortalidad en meros y otras especies de peces por todo el Mediterráneo. Ante esta situación, la UAB y el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC) han activado una red de alerta y recogida de muestras para identificar nuevos casos y monitorizar la evolución de la enfermedad.
En los últimos cinco años, se han registrado brotes especialmente virulentos en varios puntos del Mediterráneo, incluyendo Grecia, el sur de Italia y varias zonas de España. También recientemente se han detectado casos en las islas Azores, mostrando la capacidad de expansión del virus. En el ámbito español, el betanodavirus ya había causado episodios significativos en las Islas Baleares, y durante los años 2023 y 2024 se ha observado un avance progresivo hacia el norte de la península, hasta llegar ahora a las aguas catalanas.
Expansión del betanodavirus por el Mediterráneo
El virus responsable de esta enfermedad ha mostrado una preocupante capacidad de adaptación y propagación. Según los expertos, las alteraciones en la temperatura del agua del mar derivadas del cambio climático podrían estar favoreciendo su expansión hacia zonas donde anteriormente no se registraban casos. La identificación de este primer ejemplar infectado en Cataluña representa una importante señal de alerta para el sector pesquero y para los especialistas en ecosistemas marinos.
Los científicos recomiendan a pescadores y submarinistas que notifiquen cualquier observación de meros muertos o con comportamientos anómalos, con el fin de contribuir al seguimiento de la enfermedad y facilitar la recogida de muestras que permitan profundizar en el estudio de esta patología.