No era un día cualquiera para el Balonmano Nava. Con Nava de la Asunción inmerso en las fiestas patronales, el equipo navero se reencontraba ante su afición, el Guerreros Naveros, en el primer día del curso en casa. Sobre la mesa, la necesidad a la par que oportunidad de brindar a su gente la primera victoria de la temporada ante todo un Cangas con la misma urgencia. El desenlace, con previo susto por una gotera que cerco estuvo de suspender el duelo, acabó en un feliz reencuentro para Nava. El protagonista, Mateus Buda que con una parada en el último segundo entregó la primera victoria del curso al equipo de Álvaro Senovilla y prolongó la fiesta plena a la localidad (34-33).
Sobre la pista navera, la fiesta no se hizo esperar. Desde los primeros compases, el intercambio de golpes marcó el ritmo del encuentro, con ambos equipos encontrando el camino al gol con facilidad. Un 3-3 en apenas cinco minutos evidenciaba que los ataques se imponían claramente a unas defensas aún por asentarse.
Ya está aquí Patotski
Sin embargo, la balanza comenzó a inclinarse. El responsable, cómo no, fue Patotski, que desde la portería volvió a vestirse de gigante. El guardameta bielorruso empezó a sacar su repertorio, firmando tres paradas consecutivas que, sumadas a un ataque navero efectivo, con lanzamientos certeros desde los 9 metros y un Edu Reig mandando desde la dirección, permitió al equipo de Álvaro Senovilla abrir la primera brecha significativa en el marcador (+3 al minuto 10).
Patotski intenta realizar una parada en un instante del duelo entre Viveros Herol y Cangas./AMADOR MARUGÁN
Así, Cangas, obligado a remar a contracorriente, se topaba con una defensa muy intensa de los naveros y con un ataque propio que comenzaba a mostrar síntomas de atasco. En esas, el técnico gallego, Quique Domínguez, no tardó en solicitar tiempo muerto para frenar la hemorragia ofensiva (8-5). Y surtió efecto. La presión defensiva del cuadro gallego subió un escalón y los segovianos empezaron a errar, lo que permitió a los visitantes reducir distancias y colocarse a solo un tanto.
Pero la reacción fue efímera. Tanto que, desde el carril central, Brais y Carrión devolvieron el mando a los locales, que recuperaron el +3 en el luminoso (10-7). Justo en ese tramo y, a falta de diez minutos para el descanso, hizo acto de presencia Ivan Panjan bajo palos, decisivo para evitar que el Balonmanos Nava terminase de romper el choque. Su actuación dio oxígeno a los gallegos que, en área navera, comenzaron a encontrar en el juego de pivote y en la circulación pausada una vía para acercarse de nuevo (11-10).
El cierre de la primera mitad mantuvo la tensión. Cangas olió sangre ante un ataque navero encallado, pero emergió de nuevo Patotski, esta vez con dos intervenciones clave más (ya acumulaba diez), que no solo frenaron la remontada visitante hasta el punto de igualar el choque sino que permitió incluso a Viveros Herol sostener al paso por vestuarios la renta mínima (16-15). Tras el paso por vestuarios, un ciclón navero en ataque, con Joao Bandeira desatado, permitió al Viveros Herol alcanzar una renta de +4, la máxima del encuentro hasta el momento. Pero el partido no daba tregua. La exclusión de Pablo Herranz y el empuje ofensivo de un Cangas que no bajaba los brazos apretaron el marcador de nuevo, dejando la diferencia en la mínima expresión y devolviendo la tensión al choque.
Con el pulso intacto, el equipo segoviano volvió a encontrarse cómodo en ataque, aprovechando los espacios en la zaga gallega para recuperar los tres tantos de ventaja. Quique Domínguez detuvo el partido con un nuevo tiempo muerto en busca de respuestas desde la pizarra, consciente de que su equipo seguía en partido, pero sin terminar de encontrar el golpe definitivo. Y tras el parón, la figura de Javi Fernández emergió con fuerza. El guardameta del equipo gallego se convirtió en un muro, negando una y otra vez el gol a Brais en momentos clave, impidiendo que el BM Nava rompiese el duelo. Con esa resistencia bajo palos, se entró en los últimos siete minutos con una ligera ventaja navera (28-26) y nuevo tiempo muerto, esta vez de Senovilla, en un tramo final marcado por el problema de gotera que detuvo el choque durante un cuarto de hora.
La gotera que detuvo el encuentro durante un cuarto de hora./AMADOR MARUGÁN
Final agónico pero feliz
Tras el reinicio, el parón sentó mejor a un Cangas más metido que, con Santi López como jefe de operaciones, llegó a igualar de nuevo el partido a falta de algo más de un minuto para el final. Carrión, con temple y precisión, aprovechó una buena circulación para volver a adelantar al BM Nava a falta de 20 segundos y, en la última acción del duelo, la parada de Mateus Buda al lanzamiento de Manuel Pérez terminó por sellar una primera y sufrida victoria de la temporada con la que, ya sí, se terminó por desatar la fiesta completa en Nava de la Asunción.